sábado, 10 de noviembre de 2012

Hallazgo en ciudad maya

Enrique Romero * CP. Luego de años de investigación y trabajo de consolidación de la estructura, los arqueólogos del INAH se encuentran ya en el acceso principal a la tumba de un personaje aún desconocido que se localiza en el llamado Templo XX de Palenque. Este personaje es mucho más antiguo que el gobernante Pakal, podría ser el fundador de la dinastía gobernante de Palenque, y fue localizado mediante el uso de microcámaras, hace casi dos años. Sería, luego de la tumba de Pakal y la de la "Reina Roja", el descubrimiento más importante realizado en esta mítica ciudad maya.
El importante descubrimiento fue confirmado por el director de las zonas arqueológicas de Palenque, Bonampak y Yaxchilán, José Antonio Ferrer Aguilar, quien añadió que los trabajos de investigación y restauración del Templo XX, datan de varios años y actualmente son realizados por el arqueólogo Arnoldo González Cruz, quien participó en el descubrimiento de la tumba de la "Reina Roja". Este proyecto arqueológico es de suma importancia y cuenta con la autorización y el apoyo del mismo director general del INAH, Alfonso de María y Campos.

"En estos momentos los trabajos que se realizan en el Templo XX es la liberación y excavaciones de la entrada principal de la cámara, a la cual ya llegamos, y donde hay unas lajas fracturadas. En 10 días podremos determinar si ya se puede penetrar a la tumba", aseguró. "Estamos ya en la puerta de la cámara funeraria, que tiene dos antecámaras colapsadas y que se han ido consolidando, por lo cual se está haciendo un trabajo muy cuidadoso por los especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)", resaltó el arqueólogo Arnoldo González, encargado del importante proyecto.

"Estamos haciendo un trabajo especializado, llevamos tres meses de actividades y se están haciendo cálculos estructurales para no tener contrariedad, que el edificio XX no sufra colapso. Se dará el aviso cuando se ingrese a la cámara y lo haremos público", indicó. Hace aproximadamente dos años, con la participación también de la destacada mayista, Martha Cuevas, un grupo interdisciplinario del INAH, mediante el uso de micro cámaras, obtuvieron imágenes del interior de una cámara funeraria, a la que nadie ha podido acceder desde hace 1,500 años, en la Acrópolis Sur de la Zona Arqueológica de Palenque.

La tumba fue localizada dentro de una subestructura desde 1999, bajo el Templo XX; sin embargo, su intrincada ubicación y el trabajo de consolidación del basamento habían impedido penetrar al recinto que guarda celosamente los restos mortales de un personaje muy importante de esa antigua ciudad maya, que vivió en la época más temprana del sitio, entre 431 y 550 de nuestra era.

Sin embargo, hace casi dos años una diminuta cámara de video de poco más de 4x6 centímetros y apenas 94 gramos de peso, descendió a cinco metros de profundidad por un orificio de 15x15 centímetros sobre el techo de la bóveda para hacer la exploración de sondeo, y pudo obtener las imágenes del sepulcro donde se observan paredes pintadas de rojo y figuras humanas delineadas en negro, además de 11 vasijas, y una cantidad indeterminada de piezas de jade y concha que debieron formar parte del atuendo mortuorio del personaje.

Esta cripta, a diferencia de hallazgos similares en el sitio, como las tumbas de Pakal II y de la "Reina Roja", que datan del siglo VII d.C., no contiene un sarcófago. Según los especialistas, es muy probable que la osamenta fragmentada del personaje yazca directo sobre las lajas del piso.  La cámara mortuoria, ubicada dentro de una subestructura del Templo XX, tiene bóveda escalonada, una puerta de acceso formada por grandes losas y, de manera excepcional, conserva los muros decorados con pintura mural donde están representados nueve personajes. Estas características de la cámara funeraria -de acuerdo con la doctora Martha Cuevas- indican que los restos óseos que ahí reposan pueden corresponder a un sagrado gobernante de Palenque, probablemente uno de los iniciadores de su dinastía.

La osamenta podría pertenecer a alguno de los siguientes ajau o señores: K'uk' Bahlam I, el primer gobernante de la ciudad; otro cuyo nombre no ha sido traducido, aunque algunos autores lo han llamado Ch'away; Butz' Aj Sak Chiik; Ahkal Mo' Naab' I; K'an Joy Chitam I, o Ahkal Mo' Naab' II, este último se entronizó en 565 d.C. La arqueóloga Cuevas estima que aunque el recinto no ha sido excavado, a partir del tipo de cerámica y de pintura mural que yacen en contexto funerario, el Templo XX fue construido hacia 400-550 d.C., y su cámara ocupada en ese mismo lapso del periodo llamado Clásico Temprano.

"Se trata ni más ni menos que del segundo hallazgo en el sitio de un contexto de esta época, ya que sólo se conocía otro contexto, también funerario, en el Templo XVIII-A que se localiza frente al XX-. Esa cámara funeraria fue descubierta y explorada en los años 50, por Alberto Ruz L'huillier, el descubridor de la tumba de Pakal II en el Templo de las Inscripciones.

En muchos años y experiencia de trabajo, nunca se había afrontado un rompecabezas como el Templo XX de Palenque", refirió el arqueólogo Rudy Larios Villalta. "Su liberación se inicia en el año 2001, por el Proyecto Grupo de las Cruces como un proyecto tripartito, INAH, PARI, y el CHAAAC, de la Universidad de Texas", del que fue partícipe el arqueólogo.

De esas primeras investigaciones, hace ya casi doce años, recuerda que "los trabajos de liberación revelaron varios factores que no parecían congruentes con lo que pudo ser esta enorme construcción. Se pudo ver que la destrucción en sus fachadas este y sur era muy grande, pero a la vez, que el escombro encontrado no era representativo del volumen de construcción destruida. Al oeste, por el contrario, sus muros escalonados aún se conservan en gran parte, pero su mampostería y dimensión no corresponden a lo que evidentemente existió en los otros dos lados, tanto en dimensiones como en materiales de construcción y el ordenamiento del aparejo".

Explicó que "la confusión fue aclarándose lentamente para los arqueólogos y restauradores, pero evidentemente para el público visitante que desconoce los antecedentes, puede ser motivo de gran confusión. El rompecabezas fue difícil de armar, pero ahora los arqueólogos entienden perfectamente que éste es un ejemplo muy claro de las actividades de remodelación que se estaban llevando a cabo en el momento mismo del llamado colapso de los tiempos Clásicos y por la misma razón, esta remodelación jamás fue terminada", apuntó.

"La explicación es sencilla: en esta gran estructura se desarrollaron varios capítulos de la historia de Palenque, y en cada uno de ellos, ella fue remodelada o al menos modificada en parte hasta unas tres veces mínimamente. Su versión más antigua, data del año 540 d. C. Luego, un personaje que por el momento no ha sido identificado, fue enterrado allí, destruyendo parcialmente la parte superior para introducir la tumba", concluyó Larios Villalta.
Templo XX, Palenque





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