sábado, 10 de noviembre de 2012

INAH "olvida" vestigios arqueológicos en Cuautitlán

CUAUTITLÁN, Méx.— Miles de vestigios arqueológicos, provenientes de distintos puntos del Estado de México, permanecen abandonados desde hace casi cuatro años al aire libre y en bodegas de un predio propiedad municipal, donde hubo saqueo de las piezas más importantes. Pectorales y brazaletes de concha, así como figurillas y vasijas completas estaban entre las piezas resguardadas en lo que hasta octubre de 2008 funcionó como laboratorio del Centro INAH Estado de México, aunque se desconoce si todavía están en el lugar o fueron saqueadas, pues al parecer hubo selección de material para robarlo.

“Todo nuestro trabajo se echó a perder, pero deja el trabajo, es todo el patrimonio que estaba ahí”, mencionó el arqueólogo José Hernández Rivero, investigador del Centro INAH, quien era el encargado de dicho sitio y que en 2008 inició una denuncia al respecto en la Procuraduría General de la República (PGR). Agregó que en octubre de ese año, el gobierno de Cuautitlán-México, entonces encabezado por Manuel Becerril, ordenó a policías municipales que no le permitieran la entrada al lugar, pues el laboratorio estaba en un predio propiedad municipal. El sitio funcionó como academia de policía y ahora está abandonado.

Jorge Quintanar Maldonado, director de Desarrollo Urbano y Vivienda de Cuautitlán-México, relató que en predios del rancho El Terremote (que significa “monte de tierra”) se construyó el fraccionamiento Joyas de Cuautitlán y las obras revelaron la existencia de un sitio militar de la cultura tolteca. Agregó que en el lugar fue hallada la escalinata de un templo y el predio fue donado por la empresa inmobiliaria al gobierno municipal y ésta también pagó el salario de personal del INAH que clasificó los vestigios en casetas instaladas para ello. Durante cinco años el INAH estuvo trabajando ahí, luego se fue, se llevó a su gente, y no hubo acuerdo para que el municipio continuara con el trabajo.

Hernández Rivero dijo que el gobierno municipal le ordenó salir del terreno en cuestión y las autoridades locales no se preocuparon por la vigilancia adecuada de las bodegas con el material arqueológico proveniente de varios puntos del Edomex. En el predio se observa un montón de piezas de barro al aire libre, algunas con inscripciones; también hay rastros de costales de rafia y de bolsas negras. A un lado, en una bodega sin puertas, hay costales llenos de vestigios, muchos de ellos derramados en el piso. A unos metros hay otra bodega, con puertas cerradas con candado y ventanas con vidrios rotos; y en su interior hay más vestigios.

Hernández Rivero pidió al INAH, a la PGR y a Cuautitlán-México detener el saqueo; “se ve que iban a seleccionar lotes de piezas”, dice.

 



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