domingo, 12 de diciembre de 2010

Localizan piezas de juego de pelota de mil 500 años en México

Publimetro :: 09 diciembre 2010

Arqueólogos localizaron en Chiapas, sur de México, piezas faltantes de un juego de pelota que datan de mil 500 años.

Un comunicado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dijo que la cancha ritual podría ser la descrita en el libro sagrado de los mayas el "Popol Vuh" .

El arqueólogo Juan Yadeun Angulo, responsable del Proyecto Arqueológico Toniná, dijo que el hallazgo de un par de cabezas de serpiente permitió reforzar una serie de datos que se habían manejado como hipótesis sobre la forma que tuvo esa cancha ritual.

"Con este descubrimiento, el Juego de Pelota de Toniná, de 70 metros de longitud, se convierte en el único ejemplo en México de cómo eran estos espacios rituales en el periodo Clásico (200 - 900 d.C.), cuyos tableros de marcaje consistían en monumentos de animales" , explicó.

El descubrimiento de ese par de figuras se suma a otras cuatro similares, localizadas en distintos momentos a partir de 1992, todas ellas en el Palacio del Inframundo, en la Acrópolis del sitio maya. Ambos monumentos, de piedra caliza y de 80 centímetros de largo, presentan además un estilo de influencia teotihuacana, explicó el INAH.

Toniná

Toniná


Los pueblos originarios tuvieron escritura logosilábica y poseían libros: León-Portilla

Andrea Becerril y Víctor Ballinas :: La Jornada :: 9 de diciembre de 2010

La Comisión Especial Encargada de los Festejos del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución presentó ayer la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos traducida al maya, mixteco, zapoteco y tzotzil.

El historiador Miguel LeónPortilla, consejero de esa comisión senatorial, expuso que contar con la Constitución Política en su propia lengua es fundamental para los pueblos indígenas, ya que se trata del documento básico que rige nuestra vida.

Hizo notar que no se trata de un regalo, ya que todos los mexicanos tienen derecho a conocer la ley suprema, en cuyas páginas se declara que las lenguas deben tener vigencia en la nación.

Explicó que para quienes duden de que los indígenas quieran leer la Constitución, hay que recordarles que los pueblos originarios tuvieron una escritura logosilábica completa y tenían libros.

Por su parte, Patricia Galeana, secretaria técnica de esa comisión, dijo que con esa traducción de la Carta Magna a cuatro de las principales lenguas autóctonas se atiende una deuda histórica con los indígenas y se contribuye a la preservación de la riqueza pluriétnica del país.

A su vez, el senador del PRI Heladio Ramírez recalcó que ni los gobiernos, ni las políticas públicas han sido capaces de encontrar las respuestas de justicia que reclaman los pueblos originarios.

A 200 años del inicio de la Independendencia y a cien del comienzo de la Revolución es evidente el analfabetismo, desigualdad, pobreza, bajos niveles de vida y la destrucción de los pueblos y cultura indígenas.

Quienes nacimos en el seno de esas naciones indias sabemos que para los nuestros olvidar la lengua nativa es morirse en parte, y que para México es ir perdiendo la parte viva de su cultura y es ir diluyendo su propia identidad, recalcó Ramírez.

Forjadores de la grandeza nacional

En su turno, el presidente del órgano senatorial, Melquiades Morales, señaló que la publicación de la Constitución en maya, mixteco, zapoteco y tzotzil es una manera de reconocer a los pueblos forjadores de la grandeza mexicana.

El también senador del PRI Renán Cleominio Zorera recalcó a su vez que se trata de una obra de la mayor trascendencia para la identidad multiétnica y la fortaleza cultural.

En la ceremonia participaron también Javier Catellanos, José Vázquez López y Lorenzo Hernández, quienes tradujeron la Constitución.

Precisaron que en México existen 11 familias lingüísticas que comprenden 68 lenguas indígenas y 364 variantes.

Catorce millones de mexicanos hablan lenguas originarias. Un millón 376 mil, el náhuatl; 750 mil, el maya; 410 mil 906, el zapoteco; 423 mil 216, el mixteco, y 329 mil 927 la lengua tzotzil.

La Comisión Especial Encargada de los Festejos del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución concluye hoy sus labores, con una ceremonia en la que se hará un balance de la obra editorial y las tareas que llevó a cabo ese órgano senatorial.

Constitución

Hallazgo arqueológico en el Nevado de Toluca

Lilián Anaya :: El Universal :: 07 de diciembre 2010

Diversos objetos prehispánicos, principalmente restos de cerámica y cuentas de piedra verde, con una antigüedad de mil 300 años, fueron hallados en el cráter del Nevado de Toluca, por un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que ascendieron hace unos días al volcán.

Los materiales encontrados, que datan de los periodos Clásico Tardío (650 y 900 d.C.) y Posclásico Temprano (900-1200 d.C.), representan los objetos de culto más antiguos encontrados hasta el momento en este espacio de alta montaña, que en el pasado fue usado como un centro ceremonial.

Luego de una fructífera temporada de exploración en 2007, que derivó en un par de años ocupados en el análisis de los materiales prehispánicos encontrados ese año, una treintena de especialistas desarrollaron recientemente una segunda temporada de investigación en ese lugar, a cargo del arqueólogo Roberto Junco.

El especialista explicó que para esta ocasión se preparó una temporada integral que abarcó tres ámbitos: excavación, recorrido de superficie y sondeo subacuático en las lagunas del Sol y de la Luna, ubicadas en la cima del volcán, también conocido como Xinantécatl, a 4 mil 300 metros sobre el nivel del mar.

Roberto Junco, de la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del INAH, detalló que durante las tres semanas que duró la exploración se llevaron a cabo tanto inmersiones en ambas lagunas, así como recorridos de superficie en la zona límite del bosque (a tres mil metros sobre el nivel del mar) y excavaciones en uno de los bordes del cráter.

Entre los resultados más importantes de estos trabajos, destaca el hallazgo en superficie de restos de figurillas cerámica y cuentas de piedra verde, con una antigüedad de alrededor de mil 300 años.

"En 2007 localizamos principalmente materiales del Posclásico Tardío (1200-1521 d.C.), en particular en las profundidades de la Laguna de la Luna", señaló Junco.

"Por el contrario, ahora en 2010 —considerando que hemos cubierto otros frentes de exploración—, hemos podido ir más atrás en lo que respecta a la temporalidad", señaló.

Asímismo, el especialista responsable en dirigir esta segunda fase del Proyecto de Arqueología Subacuática en el Nevado de Toluca, destacó además que con estos nuevos hallazgos se están identificando otros grupos, no sólo mexicas, que usaron este sitio como un espacio ceremonial.

"Se están identificando varios grupos que ascendían el Xinántecatl con fines de culto, lo que se infiere a partir de las características de la cerámica, tenemos tepalcates burdos de tradición otomí y también de origen matlaltzinca", precisó Junco.

En la más reciente etapa del proyecto de la SAS, colaboraron otra vez expertos que participaron en la temporada de 2007, entre ellos, el arqueólogo de alta montaña de la National Geographic Society, Johan Reinhard; además de los arqueólogos Víctor Arribalzaga, del INAH, y Arturo Montero, de la Universidad Iberoamericana.

Arribalzaga, con el apoyo de alumnos de la carrera de Arqueología, de la Universidad Autónoma del Estado de México, en esta ocasión encabezó una excavación en la orilla norte de la Laguna de la Luna.

Mientras tanto, Arturo Montero dirigió un grupo de estudiantes de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, para explorar un par de sitios, en la zona limítrofe del bosque y en uno de los bordes del cráter conocido como El Mirador.

"Preparamos una temporada integral que abarcaba estos tres ámbitos: excavación, recorrido de superficie y sondeo subacuático, con la intención de entender la montaña como un todo considerando la importancia que tiene para múltiples pueblos del Valle de Toluca hasta el día de hoy", comentó.

"Por ejemplo, incluimos además estudios de arqueología del paisaje por parte de la arqueóloga Silvina Vigliani", adujo.

"Como resultado de las excavaciones, y con la colaboración de los colegas Víctor Arribalzaga y Arturo Montero, se ha enriquecido la colección del Nevado de Toluca, de tal manera que ahora también tenemos turquesa en grandes cantidades, cuentas de piedra verde, pizarra y otros materiales que nos hablan de esta importancia ritual que tuvo el Nevado de Toluca en la época prehispánica y colonial temprano", señaló Junco.

De igual manera, en esta segunda exploración, un grupo del equipo de buceo de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México, contribuyó a localizar algunos elementos en las aguas de la Laguna de Sol, entre ellos la carátula de un reloj de bolsillo, objeto que estaría vinculado a leyendas sobre el lugar.

De acuerdo con Junco, "el objetivo de los sondeos en la Laguna del Sol era verificar si estas leyendas en torno a un tesoro que depositaron aquí los republicanos españoles es cierta o no. Ya otros buzos habían detectado trozos de relojes, relicarios, etcétera", expresó.

"Nosotros tuvimos la fortuna de ubicar una carátula de reloj, al parecer de las primeras décadas del siglo XX", comentó.

"Algunas narraciones refieren que aquí se repartió un tesoro que republicanos españoles trajeron a México a bordo del barco 'Elvita', que arribó en el puerto de Tampico", recordó,

Añadió que se trata de piezas que salieron del Monte de Piedad de Madrid y otra leyenda cuenta que ladrones del Valle de Toluca se distribuyeron un botín allí mismo.

Las averiguaciones en distintos archivos —alrededor de esta línea de investigación— estarán a cargo de la arqueóloga Flor Trejo, de la SAS. En tanto, la carátula de reloj será restaurada por la experta María Luisa Mainou Cervantes, de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH.

Finalmente, en lo que respecta a los sondeos en la Laguna de la Luna, se encontraron materiales similares a los localizados en la temporada de 2007, entre ellos copal y cetros Tláloc (objetos de madera con forma de serpiente), que por cuestiones de conservación no fueron extraídos.

Toluca

Descubren otro entierro prehispánico en Chiapa de Corzo


Boletín INAH :: 01 de Diciembre de 2010

Tras descubrir una tumba de elite de dos mil 700 años, probablemente la más antigua de Mesoamérica, el equipo de especialistas del Proyecto Arqueológico Chiapa de Corzo, sitio ubicado en ese municipio chiapaneco, descubrió otro entierro múltiple que se ha calculado corresponde al año 500 a.C., y el cual fue acompañado de una rica ofrenda entre cuyos objetos destaca un collar con un pendiente de estilo olmeca.

También localizado en el Montículo 11 de la Zona Arqueológica de Chiapa de Corzo, en Chiapas, en este segundo descubrimiento se encontraron los restos óseos de dos individuos adultos del sexo masculino, localizados en el interior de una de las esquinas del área de excavación de dicha loma.

Debido a su difícil ubicación y al mal estado de conservación de los huesos, el enterramiento se exploró parcialmente, en una porción de un metro por lado y 50 centímetros de profundidad del montículo.

En el Proyecto Arqueológico Chiapa de Corzo, convergen los esfuerzos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), de la Universidad Brigham Young (BYU), Utah, Estados Unidos; y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través del Centro de Estudios Mayas del Instituto de Investigaciones Filológicas.

La dirección del proyecto —que derivó en mayo pasado en el hallazgo de una cámara funeraria con las osamentas de cuatro individuos, y que se ha considerado la tumba de elite más antigua de Mesoamérica—, está a cargo de los arqueólogos Bruce R. Bachand, de la BYU; y Emiliano Gallaga, del INAH. Así mismo, cuenta con la participación de la arqueóloga Lynneth Lowe, del Centro de Estudios Mayas de la UNAM.

Lowe, quien estuvo encargada directamente de las excavaciones en la cima del Montículo 11, dio a conocer que este segundo hallazgo se registró hace unos meses, al finalizar la última temporada de campo en este sitio prehispánico de filiación mixe-zoqueana.

“Exploramos la orilla este de la tumba, la cual estuvo techada con morillos y tablones de madera que se vencieron por el peso de la tierra. Esto ocasionó que las osamentas quedaran muy fragmentadas y sólo se rescataron huesos craneales y vértebras de estos personajes, que fueron depositados hacia el año 500 a.C., quizá como acompañantes de un personaje de mayor rango.

“Es un enterramiento muy rico. En la parte explorada se encontraron ofrendas que simbólicamente guardan relación con el inframundo, compuestas de cinco vasijas, conchas, caracoles, restos de animales, entre ellos fragmentos del cráneo de un cocodrilo, un atavío brocado con decenas de colmillos de cánidos y el caparazón de una tortuga, un collar pequeño de cuentas de jade y partes de dos máscaras de hueso”.

Los arqueólogos Bruce Bachand y Lynneth Lowe, detallaron que entre las ofrendas que estaban cubiertas por una densa arcilla negra, se descubrieron dos pendientes grabados que formaron parte de collares, uno de de los cuales destaca porque presenta el perfil de un personaje de rasgos olmecas.

Realizado con el caparazón de una tortuga, este colgante es único porque hasta el momento no hay otra pieza similar. Se conocen fragmentos de otros sitios de la región, pero no completos.

El otro pendiente, elaborado en un mineral de hierro, se encontró parcialmente roto y tiene la representación de la silueta de un venado.

Las características generales del entierro múltiple y su ofrenda —señalaron los expertos—, confirman el uso temprano del Montículo 11 de Chiapa de Corzo como espacio funerario destinado a personas de alto rango; además de la conexión que este asentamiento mantuvo con el área nuclear olmeca en la Costa del Golfo, en particular con La Venta.

“El Montículo 11 fue una pirámide que debió tener entre 6 y 7 metros de altura en aquel momento, y representó la construcción principal del sitio en sus primeros periodos, pues allí eran enterrados los dignatarios. Pero en épocas más tardías, alrededor del año 100 d.C., las inhumaciones de este tipo se comenzaron a realizar en edificios más pequeños”, coincidieron en señalar los arqueólogos.

Actualmente los trabajos del Proyecto Arqueológico Chiapa de Corzo están enfocados en el registro de todos los materiales (restos óseos de animales, moluscos, perlas, y ornamentos elaboradas en jade, ámbar, pirita y obsidiana, entre otros) encontrados en la temporada de exploraciones, a fin de definir su procedencia. Todos ellos se encuentran resguardados en las bodegas del Centro INAH-Chiapas.

La suma de todas las piezas halladas en las ofrendas, “parece indicar que Chiapa de Corzo tuvo relaciones con el área del Golfo de México, de la Costa del Pacífico, la cuenca del Valle del Río Motagua de Guatemala, y los Valles Centrales de Oaxaca”.

Como parte de la continuidad de esta investigación, se habrán de desarrollar estudios de radiocarbono y ADN programados, para establecer con mayor certeza la temporalidad y posibles relaciones entre los dos entierros de elite encontrados hasta ahora en el Montículo 11 del sitio arqueológico.

En lo que respecta a los análisis aplicados a los restos óseos de los cuatro individuos encontrados en mayo pasado, a cargo del antropólogo físico Andrés del Ángel, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, el informe preliminar confirma el sexo y las edades.

Así mismo, el estudio aún en proceso, también contempla el análisis de los dientes, toda vez que dos de los individuos presentan incrustaciones dentarias de jade o concha, y representan los ejemplos más tempranos de esta práctica en la región.

Por último, cabe citar que el Proyecto Arqueológico Chiapa de Corzo cuenta además con el apoyo de la National Geographic Society, la Fundación Arqueológica del Nuevo Mundo de la BYU, el Programa Fulbright – García Robles, y donadores privados.

Corzo

Exculpan a Colón de contagio de sífilis en Europa

EFE :: El Universal :: 25 octubre 2010 ::

Unos esqueletos descubiertos en Inglaterra muestran que la sífilis existía en Europa desde antes del viaje de Colón al Nuevo Mundo, e indica que los conquistadores no importaron la enfermedad.

Una teoría muy extendida hasta ahora entre los expertos en enfermedades tropicales era que las epidemias de sífilis que estallaron en el último decenio del siglo XV, es decir poco después del primer viaje de Colón a América (1492), se debieron al contagio de los hombres que le acompañaron en aquella aventura.

Sin embargo, la mayor excavación de esqueletos llevada a cabo hasta ahora en Gran Bretaña y el posterior examen por los expertos parece indicar que la enfermedad era conocida en este país dos siglos antes del viaje colombino, según informó este lunes el diario The Times.

Las muestras estudiadas incluyen el cráneo de un niño de sexo no determinado que heredó de la madre esa enfermedad venérea, mal que produjo tales lesiones en su cuero cabelludo que dejó marcas profundas en la parte izquierda de la frente.

Brian Connell, osteólogo del Museo de Londres que ha estudiado los esqueletos con ayuda del radiocarbono 14, dijo no tener duda alguna de que datan de antes del viaje de Colón.

"Estamos seguros de que Cristóbal Colón no tuvo nada que ver con la aparición de la sífilis en Europa", afirma Connell, que confía totalmente en la datación de esos restos humanos.

Según Connell, anteriores descubrimientos en Europa de huesos con huellas aparentemente sifilíticas no habían permitido llegar a tan firme conclusión.

"O el análisis efectuado con ayuda del radiocarbono no era lo suficientemente preciso o el diagnóstico (de sífilis) no estaba tan claro. Pero este descubrimiento pone fin a la teoría de que Colón fue quien importó la sífilis", afirma tajante el investigador.

Los siete esqueletos sifilíticos proceden de un hospital en las afueras de Londres, el St Mary Spital: dos de los cuerpos fueron sepultados allí entre 1200 y 1250 y los cinco restantes, entre 1250 y 1400.

Todos están no sólo mejor conservados que los analizados anteriormente sino que junto a ellos se han descubierto otros esqueletos y objetos, entre ellos monedas, que han permitido a los científicos corroborar los resultados de la datación con radiocarbono.

Los huesos indican que las víctimas, que eran probablemente pacientes de ese hospital, sufrieron enormes dolores.

El niño cuyo cráneo se ha podido reconstruir estaba seguramente ciego, calvo y sufría horribles dolores por culpa de su irregular dentadura.

Sus dientes forman un ángulo de 45 grados con respecto a la mandíbula, desfiguración facial que debió de ser muy dolorosa para el pequeño, que tenía unos 10 años cuando falleció.

"El cráneo, que debería ser liso, parece en cambio un paisaje lunar. Los síntomas (de la sífilis) son evidentes", explica el experto.

Según Don Walker, otro osteólogo del Museo de Londres, las huellas que aparecen en los huesos indican que las víctimas sufrían de la forma venérea de la enfermedad, distinta de otras variantes que no se transmiten sexualmente como la treponematosis endémica o el llamado mal de Pinto o frambesia.

Según Connell, el hecho de que la primera epidemia bien documentada se produjese tras la vuelta de Colón de su primer viaje fue seguramente una pura coincidencia.

"La gente buscaba a alguien a quien echarle la culpa. Los ingleses la llamaron viruela francesa y los holandeses, viruela española. Cada cual culpaba al otro", dijo el osteólogo.


Colón