sábado, 10 de noviembre de 2012

Hallazgo en ciudad maya

Enrique Romero * CP. Luego de años de investigación y trabajo de consolidación de la estructura, los arqueólogos del INAH se encuentran ya en el acceso principal a la tumba de un personaje aún desconocido que se localiza en el llamado Templo XX de Palenque. Este personaje es mucho más antiguo que el gobernante Pakal, podría ser el fundador de la dinastía gobernante de Palenque, y fue localizado mediante el uso de microcámaras, hace casi dos años. Sería, luego de la tumba de Pakal y la de la "Reina Roja", el descubrimiento más importante realizado en esta mítica ciudad maya.
El importante descubrimiento fue confirmado por el director de las zonas arqueológicas de Palenque, Bonampak y Yaxchilán, José Antonio Ferrer Aguilar, quien añadió que los trabajos de investigación y restauración del Templo XX, datan de varios años y actualmente son realizados por el arqueólogo Arnoldo González Cruz, quien participó en el descubrimiento de la tumba de la "Reina Roja". Este proyecto arqueológico es de suma importancia y cuenta con la autorización y el apoyo del mismo director general del INAH, Alfonso de María y Campos.

"En estos momentos los trabajos que se realizan en el Templo XX es la liberación y excavaciones de la entrada principal de la cámara, a la cual ya llegamos, y donde hay unas lajas fracturadas. En 10 días podremos determinar si ya se puede penetrar a la tumba", aseguró. "Estamos ya en la puerta de la cámara funeraria, que tiene dos antecámaras colapsadas y que se han ido consolidando, por lo cual se está haciendo un trabajo muy cuidadoso por los especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)", resaltó el arqueólogo Arnoldo González, encargado del importante proyecto.

"Estamos haciendo un trabajo especializado, llevamos tres meses de actividades y se están haciendo cálculos estructurales para no tener contrariedad, que el edificio XX no sufra colapso. Se dará el aviso cuando se ingrese a la cámara y lo haremos público", indicó. Hace aproximadamente dos años, con la participación también de la destacada mayista, Martha Cuevas, un grupo interdisciplinario del INAH, mediante el uso de micro cámaras, obtuvieron imágenes del interior de una cámara funeraria, a la que nadie ha podido acceder desde hace 1,500 años, en la Acrópolis Sur de la Zona Arqueológica de Palenque.

La tumba fue localizada dentro de una subestructura desde 1999, bajo el Templo XX; sin embargo, su intrincada ubicación y el trabajo de consolidación del basamento habían impedido penetrar al recinto que guarda celosamente los restos mortales de un personaje muy importante de esa antigua ciudad maya, que vivió en la época más temprana del sitio, entre 431 y 550 de nuestra era.

Sin embargo, hace casi dos años una diminuta cámara de video de poco más de 4x6 centímetros y apenas 94 gramos de peso, descendió a cinco metros de profundidad por un orificio de 15x15 centímetros sobre el techo de la bóveda para hacer la exploración de sondeo, y pudo obtener las imágenes del sepulcro donde se observan paredes pintadas de rojo y figuras humanas delineadas en negro, además de 11 vasijas, y una cantidad indeterminada de piezas de jade y concha que debieron formar parte del atuendo mortuorio del personaje.

Esta cripta, a diferencia de hallazgos similares en el sitio, como las tumbas de Pakal II y de la "Reina Roja", que datan del siglo VII d.C., no contiene un sarcófago. Según los especialistas, es muy probable que la osamenta fragmentada del personaje yazca directo sobre las lajas del piso.  La cámara mortuoria, ubicada dentro de una subestructura del Templo XX, tiene bóveda escalonada, una puerta de acceso formada por grandes losas y, de manera excepcional, conserva los muros decorados con pintura mural donde están representados nueve personajes. Estas características de la cámara funeraria -de acuerdo con la doctora Martha Cuevas- indican que los restos óseos que ahí reposan pueden corresponder a un sagrado gobernante de Palenque, probablemente uno de los iniciadores de su dinastía.

La osamenta podría pertenecer a alguno de los siguientes ajau o señores: K'uk' Bahlam I, el primer gobernante de la ciudad; otro cuyo nombre no ha sido traducido, aunque algunos autores lo han llamado Ch'away; Butz' Aj Sak Chiik; Ahkal Mo' Naab' I; K'an Joy Chitam I, o Ahkal Mo' Naab' II, este último se entronizó en 565 d.C. La arqueóloga Cuevas estima que aunque el recinto no ha sido excavado, a partir del tipo de cerámica y de pintura mural que yacen en contexto funerario, el Templo XX fue construido hacia 400-550 d.C., y su cámara ocupada en ese mismo lapso del periodo llamado Clásico Temprano.

"Se trata ni más ni menos que del segundo hallazgo en el sitio de un contexto de esta época, ya que sólo se conocía otro contexto, también funerario, en el Templo XVIII-A que se localiza frente al XX-. Esa cámara funeraria fue descubierta y explorada en los años 50, por Alberto Ruz L'huillier, el descubridor de la tumba de Pakal II en el Templo de las Inscripciones.

En muchos años y experiencia de trabajo, nunca se había afrontado un rompecabezas como el Templo XX de Palenque", refirió el arqueólogo Rudy Larios Villalta. "Su liberación se inicia en el año 2001, por el Proyecto Grupo de las Cruces como un proyecto tripartito, INAH, PARI, y el CHAAAC, de la Universidad de Texas", del que fue partícipe el arqueólogo.

De esas primeras investigaciones, hace ya casi doce años, recuerda que "los trabajos de liberación revelaron varios factores que no parecían congruentes con lo que pudo ser esta enorme construcción. Se pudo ver que la destrucción en sus fachadas este y sur era muy grande, pero a la vez, que el escombro encontrado no era representativo del volumen de construcción destruida. Al oeste, por el contrario, sus muros escalonados aún se conservan en gran parte, pero su mampostería y dimensión no corresponden a lo que evidentemente existió en los otros dos lados, tanto en dimensiones como en materiales de construcción y el ordenamiento del aparejo".

Explicó que "la confusión fue aclarándose lentamente para los arqueólogos y restauradores, pero evidentemente para el público visitante que desconoce los antecedentes, puede ser motivo de gran confusión. El rompecabezas fue difícil de armar, pero ahora los arqueólogos entienden perfectamente que éste es un ejemplo muy claro de las actividades de remodelación que se estaban llevando a cabo en el momento mismo del llamado colapso de los tiempos Clásicos y por la misma razón, esta remodelación jamás fue terminada", apuntó.

"La explicación es sencilla: en esta gran estructura se desarrollaron varios capítulos de la historia de Palenque, y en cada uno de ellos, ella fue remodelada o al menos modificada en parte hasta unas tres veces mínimamente. Su versión más antigua, data del año 540 d. C. Luego, un personaje que por el momento no ha sido identificado, fue enterrado allí, destruyendo parcialmente la parte superior para introducir la tumba", concluyó Larios Villalta.
Templo XX, Palenque





Recorre Teotihuacán con Google Maps

CIUDAD DE MÉXICO (Agencias) — Desde este jueves, el sitio Google Maps permitirá a los usuarios recorrer de forma virtual 30 zonas arqueológicas del país, como Teotihuacán, Chichén Itzá, Xochicalco, Monte Albán, Tulum, El Tajín Palenque y Bonampak, entre otras. 
La aplicación -que permite hacer recorridos virtuales de 360 grados por las zonas arqueológicas- surgió de la colaboración entre Google México y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). 

Miguel Ángel Alba, director de Marketing de Google México, dijo que ésta es la primera vez que el proyecto Special Collection Street View se aplica en zonas arqueológicas. El proyecto permite hacer recorridos virtuales a través de fotografías panorámicas. 

Mediante el uso de las plataformas Google Earth y Google Maps, se facilita el desplazamiento horizontal y vertical, permitiendo a los usuarios ver el interior de las ciudades prehispánicas y sus áreas circundantes.
El director del INAH, Alfonso de María y Campos, dijo que con ese programa "se podrá conocer de cerca alguna estructura, acercarnos a una pirámide, o transitar por un pasadizo". 

Según los organizadores, esta iniciativa pretende difundir la riqueza cultural de México entre los más de 10 millones de personas que hacen uso de éstas herramientas digitales en el mundo. 

El levantamiento fotográfico de las zonas arqueológicas comenzó en 2010 y tras dos años de trabajo se han registrado 68 sitios de este tipo en 17 estados de la República, de los cuales 30 ya fueron incorporados al sitio. 

En total se incluirán 90 zonas arqueológicas custodiadas por el INAH que fueron elegidas por su importancia cultural y por el número de visitantes que registran, detalló de María y Campos. 

El levantamiento de las imágenes fue realizado por un operador de "Google" bajo la supervisión del personal del INAH mediante un vehículo parecido a una bicicleta para no dañar las estructuras arqueológicas, los senderos y las áreas verdes. 

En lo que resta del 2012, se empleará un segundo dispositivo de este tipo para trabajar en dos sitios simultáneamente. 


Calendario ritual del pueblo de Iztapalapa

La delegación Iztapalapa se localiza al oriente de la ciudad de México. Limita al norte con las delegaciones Iztacalco y Benito Juárez, al sur con Xochimilco y Tláhuac, al poniente con Coyoacan y al oriente con el Estado de México. El pueblo de Iztapalapa es cabecera  de la delegación política del mismo nombre, perteneciente al Distrito Federal.



 El pueblo de Iztapalapa está dividido en dos medios1 pueblos: Axomulco y Atlalilco. El primero está formado por cinco barrios: San Pedro, San Pablo, San José, San  Miguel y La Asunción. El segundo lo componen tres barrios: San Lucas, San Ignacio y Santa Bárbara. Esta división en dos mitades condiciona la organización de las festividades religiosas y es empleada en la organización de las fiestas del Señor de la Cuevita, San Lucas Evangelista, Martes de Carnaval, la peregrinación a la basílica de la virgen de Guadalupe y Las Pascuas.
 
De acuerdo con el Censo General de Población y Vivienda, (2000) la población total en esta delegación es de 1 773 343 habitantes, de los cuales el 48.7% son hombres y el 51.2 % son mujeres. La población económicamente activa es del 40.4%,  el sector inactivo es del 34.4%. La población derechohabiente al servicio de salud es del 51.3%, la no derechohabiente es del 33.7%, el grado promedio de escolaridad es de casi 9 años de estudio.


Iztapalapa

INAH "olvida" vestigios arqueológicos en Cuautitlán

CUAUTITLÁN, Méx.— Miles de vestigios arqueológicos, provenientes de distintos puntos del Estado de México, permanecen abandonados desde hace casi cuatro años al aire libre y en bodegas de un predio propiedad municipal, donde hubo saqueo de las piezas más importantes. Pectorales y brazaletes de concha, así como figurillas y vasijas completas estaban entre las piezas resguardadas en lo que hasta octubre de 2008 funcionó como laboratorio del Centro INAH Estado de México, aunque se desconoce si todavía están en el lugar o fueron saqueadas, pues al parecer hubo selección de material para robarlo.

“Todo nuestro trabajo se echó a perder, pero deja el trabajo, es todo el patrimonio que estaba ahí”, mencionó el arqueólogo José Hernández Rivero, investigador del Centro INAH, quien era el encargado de dicho sitio y que en 2008 inició una denuncia al respecto en la Procuraduría General de la República (PGR). Agregó que en octubre de ese año, el gobierno de Cuautitlán-México, entonces encabezado por Manuel Becerril, ordenó a policías municipales que no le permitieran la entrada al lugar, pues el laboratorio estaba en un predio propiedad municipal. El sitio funcionó como academia de policía y ahora está abandonado.

Jorge Quintanar Maldonado, director de Desarrollo Urbano y Vivienda de Cuautitlán-México, relató que en predios del rancho El Terremote (que significa “monte de tierra”) se construyó el fraccionamiento Joyas de Cuautitlán y las obras revelaron la existencia de un sitio militar de la cultura tolteca. Agregó que en el lugar fue hallada la escalinata de un templo y el predio fue donado por la empresa inmobiliaria al gobierno municipal y ésta también pagó el salario de personal del INAH que clasificó los vestigios en casetas instaladas para ello. Durante cinco años el INAH estuvo trabajando ahí, luego se fue, se llevó a su gente, y no hubo acuerdo para que el municipio continuara con el trabajo.

Hernández Rivero dijo que el gobierno municipal le ordenó salir del terreno en cuestión y las autoridades locales no se preocuparon por la vigilancia adecuada de las bodegas con el material arqueológico proveniente de varios puntos del Edomex. En el predio se observa un montón de piezas de barro al aire libre, algunas con inscripciones; también hay rastros de costales de rafia y de bolsas negras. A un lado, en una bodega sin puertas, hay costales llenos de vestigios, muchos de ellos derramados en el piso. A unos metros hay otra bodega, con puertas cerradas con candado y ventanas con vidrios rotos; y en su interior hay más vestigios.

Hernández Rivero pidió al INAH, a la PGR y a Cuautitlán-México detener el saqueo; “se ve que iban a seleccionar lotes de piezas”, dice.

 



Arqueólogos del INAH descubren un entierro y restos de un “árbol sagrado” en el Templo Mayor

México, DF, 6 de agosto.

Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) encontraron al pie de lo que fue el Templo Mayor de la antigua Tenochtitlan, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, un esqueleto humano rodeado por más de un millar de huesos de niños, jóvenes y adultos. Se trata del primer y único hallazgo en su tipo registrado, en el se observa el esqueleto de una persona adulta acompañado por piezas óseas humanas de diversas edades, señaló el arqueólogo Raúl Barrera Rodríguez, responsable del Programa de Arqueología Urbana (PAU) del INAH.

Además de los restos óseos, informó, se encontró una estructura circular de tezontle que contenía un tronco, el cual por su ubicación, correspondería a uno de los “árboles sagrados” asociados a lo que fue el adoratorio a Huitzilopochtli, y a la plataforma circular, descubierta en 2011. Los descubrimientos ocurrieron durante las labores que se realizan en el predio denominado Plaza Manuel Gamio, para la creación de un vestíbulo de acceso a la Zona Arqueológica y Museo del Templo Mayor, detalló el INAH.

De acuerdo con la antropóloga física Perla Ruiz, encargada de la excavación, el esqueleto completo corresponde a una mujer joven, lo que se ha determinado por la forma del cráneo y de la pelvis. Indicó que tras concluirse la extracción de los restos se contabilizó un total de mil 789 huesos, entre los que se han identificado 10 cráneos, tres de niños y siete de adultos, así como algunas vértebras y esternones con posibles huellas de corte.

Por la cantidad de piezas óseas, los investigadores creen que fueron exhumados en esa época de algún otro lado, lo cual se determinará con exactitud con estudios de fechamiento. La especialista comentó que todos los huesos fueron enviados al laboratorio de Antropología Física del Museo del Templo Mayor, donde serán sometidos a análisis osteológicos, para determinar aspectos como el número exacto de individuos que conforman la ofrenda, el sexo y edad de cada uno de ellos. Igualmente se definirán sus patologías y marcas, las cuales indicarán el tipo de actividades a las que se dedicaron en vida.

Por su parte, Rocío Morales, arqueóloga encargada de la investigación del entierro prehispánico, señaló que entre los objetos encontrados hay una pequeña olla de cerámica, que se halló del lado izquierdo de la osamenta completa, además de diminutos fragmentos de carbón. Asimismo, destacó, a 35 metros de distancia del enterramiento se descubrió una estructura circular hueca de tezontle con recubrimiento de estuco, en cuyo interior había un tronco de encino, que posiblemente data del lapso que va de 1440 a 1469.
La estructura se detectó frente a la plataforma con cabezas de serpiente, localizada en 2011, con dirección a donde estuvo el adoratorio de Huitzilopochtli, dios mexica de la guerra, lo que sugiere que se trata de uno de los “árboles sagrados” del recinto ceremonial de Tenochtitlan.

Lo anterior, dijo el arqueólogo Raúl Barrera Rodríguez, se infiere a partir de las crónicas de fray Bernardino de Sahagún y Diego Durán, quienes en sus textos Historia General de las cosas de la Nueva España e Historia de las Indias de Nueva España e Islas de Tierra Firme refieren que había diversos árboles con significado ritual dentro del recinto sagrado. Dicho hallazgo confirma lo que las fuentes históricas describen, aunque por el momento ignoramos las funciones específicas de este tronco, puntualizó el responsable del PAU.

El arqueólogo Edgar Nebot García, del Museo del Templo Mayor, abundó Raúl Barrera Rodríguez, continúa la excavación e investigación de la estructura circular que lo rodeaba, con el objetivo de dilucidar su relación con el cuauhxicalco y con lo que fue el adoratorio a Huitzilopochtli”. Por su parte, Dara Valencia Hernández, responsable de las labores de restauración en la Plaza Manuel Gamio, señaló que los restos del árbol presentan buen estado de conservación, sólo con algunos signos de ataque de insectos, por lo que es fumigado constantemente, como proceso de conservación preventiva.

“Una vez terminadas las obras de infraestructura del nuevo vestíbulo para la Zona Arqueológica y Museo del Templo Mayor, el tronco y su estructura circular, serán exhibidos en el espacio donde fueron encontrados para disfrute y conocimiento de los visitantes”, concluyó Raúl Barrera.

 Templo Mayor


Descubren entierros milenarios en la Sierra Gorda





Hallan entierro y ofrenda en tercera tumba de Atzompa



Hallan barrio prehispánico en Azcapotzalco

:: 10 de julio de 2012 :: El Universal ::

Más de una decena de entierros y diversas estructuras arquitectónicas que datan de la época prehispánica, han salido a la luz en un predio de la avenida Aquiles Serdán, cercano al centro de la delegación capitalina de Azcapotzalco. De acuerdo con arqueólogos, el descubrimiento es evidencia de un barrio de comerciantes tepanecas que tuvo su esplendor hace 700 años, un par de siglos antes del dominio del imperio mexica en la Cuenca de México. 

El hallazgo, resultado de las labores de salvamento arqueológico que realizan expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), confirma que el actual barrio de San Simón Pochtlán fue residencia de las familias de pochtecas o comerciantes durante la época precolombina, hacia 1200-1300 d.C. Se trata de un espacio de élite que fue parte de un conjunto cívico-ceremonial, lo que se deduce por la cercanía de la Capilla de San Simón, la cual fue edificada durante la Colonia sobre un teocalli, una gran plataforma prehispánica. 

En el predio en cuestión, el equipo de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH, con apoyo de estudiantes de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, sólo ha ubicado contextos de la época moderna y prehispánica, lo cual responde al hecho de que hasta 1950, buena parte del territorio de Azcapotzalco era ocupado por ejidos y ranchos. Calas de aproximación, unidades de sondeo para conocer cómo los antiguos habitantes adecuaron el terreno para ocuparlo, y cinco unidades de excavación para liberar vestigios culturales y arquitectónicos -que permiten conocer la asociación de distintos espacios-, son el resultado de dos meses de trabajos arqueológicos, que se extenderán de modo indefinido debido a la continua aparición de vestigios, principalmente de entierros.

La arqueóloga Alejandra Jasso Peña, quien dirige las labores de prospección, informó que en una de las unidades de excavación, de aproximadamente 4 m de ancho por 22 m de largo, se han registrado al menos una decena de entierros en posición sedente -debido a que fueron amortajados con un fardo-, casi todos infantiles, lo que habla de la alta tasa de mortalidad de niños en sus primeros tres años de vida, en ese periodo (1200-1300 d.C.). 

La mayoría de estos depósitos funerarios, que se hallan dentro de fosas excavadas en el sustrato, están distribuidos bajo un patio que estuvo apisonado. Todos los entierros infantiles presentaron ofrenda, compuesta por objetos cerámicos: flautas, sahumadores, incensarios, copas, cajetes, malacates con representaciones de aves, y platos -varios volteados bocabajo como símbolo de lo efímero de la vida-, algunos de los estilos Azteca II (característicos por el tono negro sobre naranja) y Rojo Texcoco. 

En dicho espacio, abundó Jasso Peña, además se halló el entierro (también sedente) de una mujer que debió tener alrededor de 25 años a la hora de su muerte, la cual debió ser posparto, pues la osamenta se halló cubriendo los restos óseos de un neonato. El esqueleto portaba un ajuar, compuesto por un par de orejeras y una pulsera con cuentas de obsidianas de diversos tonos, en forma de gotas, lo que indica que se trató de un personaje importante del barrio de los pochtecas. 

Asimismo, a unos metros del mismo patio, se ubicó el entierro de otro infante, el cual destaca por un cajete -de mayores proporciones con respecto a otros- que se le ofrendó, y porque también estaba acompañado por los restos óseos de un perro, indicativo de que el animal fue sacrificado para acompañarlo en "la otra vida".
 
 
 
Además, en los alrededores de un altar (de 4 m por 6 m) estaban dispersos algunos cráneos que mostraban perforaciones simétricas en ambos parietales. De acuerdo con Alejandra Jasso, pudieron formar parte de un tzompantli o muro de calaveras, quizá de tipo vertical, pues los horizontales se comenzaron a utilizar en etapas posteriores, ya cuando los mexicas dominaban la zona. 

Jorge Arturo Talavera González, investigador de la Dirección de Antropología Física del INAH, detalló que en el área del patio también se localizaron tres copas (dos de tipo pulquero y una trípode) que contenían restos de cráneos cremados. Dado que en algunas fuentes se menciona que personajes de élite eran incinerados para evitar la putrefacción del cuerpo, no se descarta que los descubiertos en San Simón Pochtlán correspondan a miembros importantes del barrio de comerciantes. 

Sobre los entierros hallados en posición sedente, el especialista del INAH comentó que éstos denotan el conocimiento que los tepanecas tenían sobre el proceso de rigor mortis, de manera que flexionaban y amortajaban el cuerpo durante las primeras tres horas luego del fallecimiento de la persona.Una plataforma de 16 m de longitud, el altar, una serie de vestigios de cuartos y el patio mencionados, además de los restos de un drenaje, se cuentan entre los elementos arquitectónicos que se han detectado en el subsuelo, a partir de calas, unidades de sondeo y de excavación. 

La arqueóloga Alejandra Jasso hizo hincapié en que en los rellenos de la excavación también se han encontrado varios entierros secundarios, es decir, que el individuo fue removido o sus restos fueron puestos en un sitio distinto al original. En estos mismos contextos, se han hallado figurillas femeninas asociadas a la fertilidad, y vasos vinculados al culto de los dioses Tláloc y Quetzalcóatl, lo que permite reconocer las deidades veneradas por estos antiguos grupos.
 
 
 
Resaltó que el salvamento arqueológico en el barrio de San Simón Pochtlán, es de las escasas oportunidades que se han tenido para explorar lo que fue el centro cívico-ceremonial de la antigua ciudad tepaneca de Azcapotzalco.Por ejemplo, finalizó, a inicios de los años 80, con la construcción de la Línea 6 del Metro, en el tramo de la estación Azcapotzalco, se exploró un asentamiento en San Marcos Izquiztlán, donde fueron descubiertos alrededor de 400 entierros y gran cantidad de malacates y agujas de cobre, tales materiales sugerían que el barrio se dedicó posiblemente a la actividad textil, participando en ella hombres y mujeres, como tejedores e hilanderos. 

El esplendor de Azcapotzalco
La línea dinástica de los señores de Azcapotzalco, entre 1200 y 1300 d.C., incluye a los siguientes gobernantes: Quauhtzintecuhtli, Ilhuicamina, Matlacóhuatl, Tezcacohuatl y Tezcapuctli. Hacia fines del siglo XIV, Azcapotzalco -localizada en el noreste de la Cuenca de México- era la principal fuerza político-militar de esta área, y controlaba un extenso territorio.No obstante, la ciudad fue tomada entre 1428 y 1429 por tropas huexotzincas, texcocanas y mexicas, y a partir de ese momento se procedió a considerarlo como un centro secundario, sujeto a un nuevo centro de poder, Tlacopan, que sería la nueva sede del señorío tepaneca, dentro de la unidad política de la Triple Alianza


 

El hombre crea el mito a partir de su presente: López Austin

:: La Jornada :: 27 de junio :: 
 
El mito es una formalización de cómo el hombre imagina los procesos cósmicos que crean el presente, arroja a mitad de la conversación el historiador Alfredo López Austin. El conejo en la cara de la luna: ensayos sobre mitología de la tradición mesoamericana, libro del investigador, se redita ahora con el sello de Era, en coedición con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Instituto Nacional de Antropología e Historia, casi dos décadas después de su publicación original en 1994.

Para mí, eso es el mito: son procesos de cómo los dioses se fueron transformando hasta construir lo que es ahora, o sea, que el hombre crea el mito a partir de su propio presente, para entenderlo y para poder actuarlo, explica paciente y afable en entrevista, en medio de un jardín de fresca mañana, con motivo de la redición del volumen que será presentado este jueves, a las 19 horas, en el Museo del Templo Mayor (Seminario 8, Centro histórico).

El conejo que se dibuja en la luna, enviado por los dioses para aminorar la intensidad de su luz y no opacar al sol, da nombre a una serie de 18 ensayos breves en los que explora los mitos mesoamericanos y los desmenuza en el ánimo del historiador, quien opina el mito es una necesidad del ser humano de expresarse a través de la palabra bella, no sólo ayuda a comprender el mundo, cuando menos a vivirlo plenamente.
Comienza a relatar: hay libros que lo absorben a uno. Es satisfactorio, pero lo llenan de preocupaciones, de conflictos, de necesidad de estructuración, de argumentación coherente, un montón de problemas que lo hacen trabajar.

–¿Así fue el proceso para escribir este libro?
–¡No!, claro que no –se apresura a responder–. Yo estaba saliendo de eso, de un libro que puede calificarse como muy académico. Por eso, ¿qué hace uno? Descansar un poco trabajando en pequeños trozos en los que pueda uno divertirse, gozar, tener la libertad de hablar a un público muy amplio, que son los artículos periodísticos. No están hechos para el especialista.

Los textos aparecieron mensualmente en la revista México Indígena, dirigida por Hermann Bellinghausen, la cual desapareció y dio paso a Ojarasca. Siento mucha emoción, manifiesta respecto de la nueva edición, de esos textos gozosos que escribió mientras le fue posible conjugar con sus investigaciones y obligaciones universitarias.

“Es uno de los momentos de alguien que siempre se ha jactado de vivir la vida como le ha dado la gana, a mí me ha ido bien en ese sentido. He gozado y he padecido, por mi gusto y por mi culpa. Al respecto hay cosas que son más de lo que he querido. Ahora que se vuelve a editar por Era, es recordar –entorna los ojos y sonríe– esos gozos de escribir con más libertad y para un público amplio”, afirma López Austin, de 76 años, quien ha acumulado muchos reconocimientos académicos, pero sobre todo la admiración de universitarios que han desfilado por sus clases repletas en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Sin embargo, opina que también es una forma de escritura pesada, porque hay que decirlo, es más fácil escribir en cuestión de estilo y estructura los trabajos académicos, aunque uno tenga que dedicarle muchas más horas. Es más fácil hacerlo, que buscar formas de escribir para todo mundo, pero que ha ayudado a muchos acercarse al pensamiento prehispánico y tomar el volumen como un libro esencial.

De los mitos mesoamericanos, su favorito es el del robo del fuego por el tlacuache, al que dedicó un libro y es precisamente el que antecedió a El conejo en la cara de la luna. Trato de interpretar los mitos en un contexto y para entender la cosmovisión mesoamericana. Me ha dado buen resultado. Presentes en todas las culturas, desde las más antiguas, elementos que coinciden en diversos puntos cardinales y con milenios de diferencia: el mito sigue vivo, agrega, no nada más en las comunidades que se califican como tradicionales, sino en la vida cotidiana, incluso en sociedades muy desarrolladas o industrializadas. Parte de la población sigue aceptando la verdad del mito, curiosamente, por encima de la verdad de la ciencia. El que cree en mitos, no vive en el pasado. Usa elementos del pasado para construir el presente.

Sea como elementos cognoscitivos para unos, o de vida, indudablemente el hombre sigue caminos estéticos para entenderse y no lo hace con fórmulas matemáticas aburridas como A+B=C. Hay una creación de dioses que los hace a su imagen y semejanza, pero no nada más físicamente, sino que los hace socialmente parecidos y lo traslada en aventuras. Entonces, encontramos amores, odios, infidelidades, hasta asesinatos. Viven intensamente, son un reflejo, porque es la forma que el hombre usa para crear una verdad que alcance a comprender y a sentir estéticamente. Y en voz del historiador, que conversa lejos del lenguaje especializado, aparece el termino otredad.

“¿Quién es el otro? Es quien no piensa exactamente como yo. Dentro de esa otredad es muy interesante penetrar, hacer comparaciones, no para entenderla cabalmente, sino para poder establecer semejanzas y diferencias que en resumidas cuentas hagan a uno entender que no es el ser superior que tiene la verdad, sino que somos en la humanidad un mar de otredades. Que aprenda uno a entenderse a sí mismo en su relatividad, quitándose toda esta aura de sabiduría absoluta.

“Eso hace mucha falta: son tiempos de intolerancia, de rechazo, en que no podemos comprender, por ejemplo, que México no ha producido una cultura homogénea. Tal vez qué bueno que somos un mosaico cultural, y que no es cuestión de tolerancia, sino que entendamos que este barco en el que vamos pertenece a todos y debe ser manejado por todos.

Yo tengo mi propia cosmogonía, afirma el experto en el pensamiento mesoamericano y define que la cosmogonía no la hacen los filósofos o los historiadores, sino el hombre común en la vida cotidiana.
Su visión propia, como lo ha realizado: “Si uno se propone hacer en este mundo lo que le da gana, debe uno también valorarse en todos estos aspectos y ver que los fines deben ser tan complejos como lo es uno mismo. Y que el gozo de la vida, en gran parte, es el gozo estético.

Hay que disfrutar esta vida, hay que vivir plenamente, es lo que enseña a sus nietos; le digo a cada uno: trata de ser feliz de la manera más inteligente posible. Que la búsqueda de la felicidad no te conduzca a una desgracia mayor. Porque, qué bonita es la vida mientras puede uno disfrutarla y seguir adelante.

Foto 


El conejo en la cara de la luna

 

“Mal precedente, si Austria nos presta el penacho de Moctezuma”

:: La Jornada :: 30 de junio :: 
De concretarse el préstamo del penacho de Moctezuma por parte de Austria, México crearía un precedente negativo, por reconocer la propiedad de otros países y sus museos sobre los bienes que resguardan de otras culturas, manifestó el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma. Incluso, explicó el investigador a La Jornada, el adorno prehispánico elaborado con plumas y oro, no pierde su carácter de ser propiedad de la nación, a pesar de la época y la circunstancia por la cual haya salido del país.

En especial en este caso, subrayó Matos Moctezuma, no existe retroactividad, aunque el objeto prehispánico haya salido en el siglo XVIII, XIX o XX, porque es un bien nacional. Considero que al traerlo al país y después regresarlo a Austria no está bien, porque si llega a este territorio debe permanecer aquí, debido a que es propiedad y patrimonio de la nación mexicana. El investigador emérito del Instituto Nacional de Antropología (INAH) es enfático al expresar que con base en los artículos de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas, vigente desde 1972, no cabe duda de que la pieza mencionada es propiedad nacional.

Por tanto, prosiguió, no importa si esta pieza fue un regalo de Moctezuma a Cortés en 1519 o si se trata de una pieza robada, vendida o que saliera del país por cualquier otro medio. Las declaraciones del director fundador del Proyecto Templo Mayor surgen a propósito de la serie de trámites tendientes al préstamo, por parte de Austria, de la pieza mexica que actualmente se encuentra en el Museo Etnológico de Viena.

Sobre los términos del préstamo que permitirían que el penacho regresara a México, Matos Moctezuma manifestó que con base a los artículos 27 y 28 de la Ley sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas, el llamado penacho es propiedad de la nación, además es inalienable e imprescriptible. El artículo 28, refiere Matos, especifica que son monumentos arqueológicos los bienes muebles e inmuebles, producto de culturas anteriores al establecimiento de la hispánica en el territorio nacional, así como los restos humanos, de la flora y de la fauna, relacionados con estas culturas.

En un segundo aspecto, el investigador, señaló: “Actualmente el INAH ha promovido una serie de acciones tendientes a que Austria ‘preste’ a México en forma temporal el penacho de Moctezuma, para regresárselo posteriormente. Se ha presentado a la Cámara de Senadores un documento en el que, según fuentes periodísticas, no se contempla la propiedad del bien, sino únicamente la ida y vuelta del mismo, entre otras cosas.“De ser aceptado por el Parlamento austriaco y de realizarse el ‘préstamo’, se crearía un precedente negativo.”Esto, añadió, debido “a que los países que han solicitado el regreso de sus bienes arqueológicos extraídos de su territorio se verían expuestos a que los museos europeos y estadunidenses, principales poseedores de esos bienes, ya por la acción colonialista, especialmente durante el siglo XIX, ya por saqueos ilícitos en tiempos más recientes, vean la salida fácil de ‘prestar’ a esos países de forma temporal sus bienes con la condición de que los regresen”.

Incluso, dijo, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura ha apoyado la posición de los países que pugnan por que sus bienes arqueológicos sean restituidos a los mismos. El reconocido arqueólogo recordó que en México hay precedentes de bienes arqueológicos que han sido devueltos al país. “Recordemos que uno de los primeros casos fue, paradójicamente, cuando Maximiliano de Habsburgo llegó a México y regresó una pieza prehispánica (un chimalli o escudo) como acto de buena fe.” Después, prosiguió, “ya en el siglo XX tenemos varios actos de este tipo: cuando en 1982 un individuo robó de la Biblioteca Nacional de Francia el Códice Tonalámatl de Aubin, por lo cual se creó una tensa situación entre ambos países y México sostiene que el documento es parte del patrimonio mexicano”.

De otro carácter, explicó el arqueólogo, es la entrega que hizo el papa Juan Pablo II del Códice Cruz-Badiano, que si bien se trata de un documento de herbolaria colonial depositado en la Biblioteca Apostólica Vaticana, volvió a su lugar de origen por un acto de buena fe. Incluso, mencionó, desde la década de los 90 del siglo pasado, y más recientemente, tenemos varios casos en que diversos acuerdos hicieron posible el retorno de algunos materiales al país. Al respecto, la oficina de comunicación social del INAH descartó emitir alguna declaración y remitió a este diario a la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Moctezuma 

La vida y la muerte en un chorro de pulque.


El maguey es una planta adaptada a climas secos, por lo que dentro de sus pencas concentra agua y azúcares para poder sobrevivir largas temporadas de sequía. De su centro, nace una larga vara con flores que se alimenta de los azúcares de las pencas.
Los seres humanos aprendieron que si se corta esta vara, el maguey sigue decantando la savia rica en carbohidratos y se puede recolectar, pero la planta muere al ser capada. Este líquido se conoce como aguamiel.
Al dejar fermentar el aguamiel se produce lo que conocemos como pulque. En náhuatl se le llama octli; el término pulque lo introdujeron los españoles de un vocablo de las islas del Atlántico que significa “podrido” aludiendo al proceso de fermentación.

El pulque es de color blanco lechoso y de consistencia espesa. Por su alto valor nutricional es muy apreciado ya que alimenta y apaga la sed, además de ser medicinal si se combina con otros ingredientes. Tanto el aguamiel como el pulque se consumen como bebida, en atole, y se puede producir miel, pan, azúcar y vinagre de ellos.

De la misma forma que sucede con otras bebidas fermentadas, como la cerveza, el pulque tiene efectos embriagantes y puede provocar somnolencia si se ingiere en exceso. Durante la época prehispánica se combinaba con otras hierbas, raíces y hongos alucinógenos para aumentar su efecto de alteración de la conciencia. En particular se le combinaba con una raíz llamada “Ocpatli” (medicina del pulque) que aceleraba la fermentación y hacía más embriagante la bebida. El Ocpatli era representado como una cuerda anudada.

(Diosa Mayahuel surgiendo de un maguey, lleva en la mano la representación del ocpatli, Códice Borbonicus (detalle), folio 6)

Como es una bebida que da vida, pero que se obtuvo del sacrificio del maguey, se le relacionaba con otros líquidos sagrados como la sangre, el semen, la leche materna y el agua.

El pulque fue representado por los mesoamericanos en jarras y jícaras, con espuma en el borde y algunas veces con un símbolo lunar.


Rescatan en Hidalgo, milenaria pintura rupestre.