lunes, 6 de febrero de 2012

10 datos del estudio de la misteriosa máscara de Teotihuacan

Lilián Anaya :: El Universal Estado de México :: 23 enero 2012


José Luis Ruvalcaba Sil, especialista e investigador del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México, se encuentra concentrado en investigar uno de los últimos hallazgos hechos en Teotihuacan, se trata de la máscara verde desenterrada del basamento de la Pirámide del Sol. Por lo que se dedica a determinar qué materiales la componen, establecer la técnica usada en su manufactura e ir tan a fondo como para hallar hasta la más minúscula pista química para saber la región en la que fue elaborada.

Para encontrar las respuestas requiere de un acelerador de partículas, un modelo Tandem Pelletron que proyecta un haz de protones de manera externa, ya que no todos los objetos arqueológicos pueden ser sometidos a las duras condiciones de una cámara al vacío, y el sistema desarrollado por Ruvalcaba es el idóneo para utilizarlos en estas tareas.

Y es que dicha estructura se destaca por la delicadeza al momento de caracterizar materiales presentes en una reliquia ha beneficiado al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), ya que para esto antes era preciso desprender un fragmento y practicarle pruebas, hoy en día sólo basta con un rayo que incida en la superficie del objeto.

Por lo que el INAH ha puesto en manos del investigador varios de sus hallazgos más importantes, una de ellas, la pieza excepcional de aproximadamente 11 centímetros de altura, 11.5 de ancho y que pesa poco más de un kilo, que trata de un rostro con ojos de metal dorado tan brillantes y bien conservados, que en un principio pensaron que se trataba de oro.

“Sí, pues se sabe que en la primera mitad del siglo I d.C, fecha de elaboración de esta pieza, los prehispánicos no trabajaban el oro, así que constatar ese hecho nos llevaría a replantear mucho de lo que damos por sentado”, dijo el experto. Por ello EL UNIVERSAL Edomex, da a conocer algunos puntos de esta nueva técnica, la cual busca preservar en medida de los posible, el bienestar de los hallazgos arqueológicos.

1.- De acuerdo con Ruvalcaba, hay minerales que remiten a canteras particulares, mientras que otros delatan técnicas desarrolladas por ciertas culturas, y algunos son evidencia de las nociones que tenían los antiguos acerca de qué era valioso y qué resultaba fútil.

2.- Con los métodos adecuados es posible estudiar y preservar, pues luego de ir a Bélgica a especializarse en caracterización de materiales, y dicha certeza fue la que lo hizo regresar para convertirse en el introductor de estos métodos en México.

3.- El nuevo método usa un recurso arqueométrico invaluable, que brinda a los especialistas datos cuya obtención, por vías tradicionales, implicarían un daño para el objeto estudiado; “el acelerador hace que los materiales hablen, pero también que la ciencia dialogue de tú a tú con las humanidades”dijo el especialista.

4.- El acelerador Pelletron del IF fue modificado para proyectar un rayo de protones que, al incidir en una superficie, genera una emisión de rayos X particular para cada elemento ahí contenido. Por lo que parece que recoge huellas digitales para identificar a un individuo en concreto.

5.- La técnica conocida como PIXE, arroja información no sólo de los elementos mayores presentes en la pieza analizada, sino de otros que aparecen en cantidades menores y que reciben el nombre de “trazas”, gracias a que es muy sensible, tanto que se pudo saber que los ojos de la máscara estaban hechos de hierro, azufre y trazas de arsénico, es decir, pirita arsenical.

6.- El experto dio a conocer que es preciso realizar dos pasos, primero aplicar el acelerador para determinar los elementos, mientras que la espectrometría Raman e infrarroja señalan qué compuestos químicos tenemos. Ambas lecturas permiten integrar datos más completos.

7.- El libro El corazón de piedra verde, de Salvador de Madariaga, es considerado una de las recreaciones más fieles de lo que fue la vida en el México de antes de la Conquista, por lo que los arqueólogos sospechaban que podía ser jadeíta, cuya fuente sólo se encuentra en el área maya, aunque también sabían podía tratarse de serpentina, un mineral de extracción local. Las lecturas arrojaron que este rostro fue elaborado con serpentina, extraída de zonas cercanas a Teotihuacán, lo que echó por tierra las hipótesis de quienes imaginaban piezas de jade que atravesaban largas distancias.

8.- Asimismo dio a conocer que se ha desarrollado equipo portátil, el cual permite salir del laboratorio e ir directamente a los museos o incluso a los sitios arqueológicos. Con dicho instrumenta se ha analizado el Acta de Independencia de 1821, libros de coro del siglo XVII al XIX —de los acervos de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México y la de Puebla—, pintura mural, y códices tanto precolombinos como coloniales.

9.- Las máquinas portátiles funcionan con pinturas, papel y demás materiales, pero no tanto con los minerales si se intenta determinar su procedencia, ya que no pueden hacer lecturas precisas de muchos elementos. Mientras que con el acelerador sí puede hacer esto, pero dado que pesa toneladas, es imposible sacarlo del IF.

10.- Ruvalcaba dijo que aún continúa en la búsqueda de estrategias que le permitan deshacerse del ancla que representa el laboratorio, pues aunque concede que es una tecnología útil, a veces ata de manos, “porque, seamos honestos, hay objetos que no pueden ser trasladados y que deben estudiarse y conservarse. Hoy, nuestro reto es éste, desplazarnos hasta donde se requiera, hacer análisis, caracterizar materiales y ver qué más tiene nuestro patrimonio por decir”, puntualizó.

Teotihuacan

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