A 300 metros del pueblo de Onavas, al sur de Sonora, fue descubierto
un cementerio con 25 entierros humanos, 13 de los cuales cuentan con
deformación en el cráneo y cinco con mutilación dentaria; el hallazgo es
resultado de la temporada de excavaciones 2012 realizado por la
Universidad Estatal de Arizona, Estados Unidos, con aprobación del
Consejo de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH).
A través de un comunicado, el INAH indicó que los restos, los cuales
tienen alrededor de mil años de antigüedad, portaban ornamentos
elaborados con conchas y caracoles de la región del Golfo de California,
como brazaletes, una nariguera, aretes, pendientes y collares de
cuentas de concha.
Incluso una de las osamentas cuenta con un caparazón de tortuga
colocado a la altura del abdomen, sin embargo, ninguno estaba acompañado
de ofrendas.
Lo que hace relevante el descubrimiento es que ese tipo de
costumbres, la deformación craneal y la modificación mediante el
desgaste de la parte lateral de las piezas para darles la forma de “V”,
no se habían registrado en los antiguos grupos culturales de Sonora.
“Con este descubrimiento se amplía el límite de influencia de los
pueblos mesoamericanos mucho más al norte de lo que tenía registrado la
arqueología”, informó la arqueóloga Cristina García Moreno, directora de
dicho proyecto de investigación.
En ese estado no existe otro sitio arqueológico donde se hayan
identificado las modificaciones craneal y dentaria; tampoco en el
suroeste de EU, pero se sabe que el Cementerio de Onavas no pertenece a
grupos mesoamericanos migratorios, más bien a uno sedentario que tuvo un
desarrollo local.
La investigadora explicó que la fecha en los restos humanos coincide
con el periodo Epiclásico mesoamericano (900-1200 d.C.) y que en ese
lapso en el área de Mesoamérica hubo grandes migraciones, lo que hace
coincidir con los entierros de individuos deformados encontrados en
Nayarit y Sinaloa.
De los 25 restos óseos, 17 corresponden a menores de edad, que
oscilan entre 5 meses y 16 años, además 8 de ellos son de adultos.
Además precisó que se deduce que la cantidad de menores puede ser un
indicador de la mala práctica en la deformación craneal, lo que ocasionó
su muerte por el exceso de fuerza al momento de apretar el cráneo, ya
que los estudios no arrojaron ninguna enfermedad que pudiera haber
causado la muerte.
Sonora
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