La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) presentó
hoy el libro "Cantares mexicanos", un códice de tres volúmenes de
poesía en náhuatl que, según los investigadores, se puede considerar un
valioso testimonio de la primera literatura mexicana. "Creo que es
un tesoro que nos permite descubrir las raíces de México", dijo en la
presentación el antropólogo Miguel León-Portilla, coordinador del
seminario gracias al que diversos estudiosos mexicanos y extranjeros han
recopilado estas piezas literarias.
Durante casi 20 años se han
estudiado estos textos, calificados por los expertos como el legado más
importante de la antigua tradición indígena. Según la directora
del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM, Guadalupe
Curiel, "Cantares mexicanos" es una edición que parte de un manuscrito
en el que se conservan estos poemas en el Fondo Reservado de la
Biblioteca Nacional de México.
En los volúmenes publicados ahora
solo aparecen algunos de los textos en náhuatl recuperados, unos de la
tradición prehispánica y otros del temprano periodo colonial, su
traducción al español y notas explicativas. León-Portilla explicó
que entre los textos hay composiciones personales con preguntas
filosóficas, una serie de poemas atribuidos al pensador mexica
Nezahualcoyótl, cantos eróticos, cantos de primavera y de alegría,
muchos de los cuales "eran acompañados por música y baile". Hay
también algunos escritos de Fray Bernardino de Sahagún, las fábulas de
Esopo en náhualt y varios textos religiosos de la tradición
judeocristiana.
"Se perdió mucho, se quemó. Los frailes (que
llegaron durante la Conquista española) no eran antropólogos como
nosotros ahora y venían de un pensamiento muy rígido, habían tenido la
Reconquista contra los árabes", señaló León-Portilla. "Es notable
que hubiera algunos humanistas que quedaran cautivados con esto, pero
muchos no, veían puras idolatrías y había que destruirlas", comentó.
Este libro sirve así para entender la atmósfera cultural que rodeó a la época de la Conquista española.
Para
León-Portilla, todos los mexicanos tienen algo de indígenas y este
libro es un regalo "especialmente para los descendientes más directos",
ya que casi ninguno de estos textos se sigue utilizando hoy de manera
cotidiana, ni siquiera por los pueblos originarios. "Somos gente
que tiene un gran legado y tenemos que cultivarlo", dijo el antropólogo,
uno de los mayores conocedores de la cultura, el pensamiento y la
lengua náhuatl.
"Cuando muere una lengua la humanidad se
empobrece, pierde una perspectiva para pensar. Es una gran riqueza de
México tener por lo menos setenta lenguas y muchas variantes dentro de
cada una", apuntó.
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