A través de tecnologías de punta, como escáner láser, termografía y
fotogrametría, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)
ha detectado hasta ahora 585 sitios prehispánicos en el área cultural
que dominó la antigua ciudad de El Tajín, norte de Veracruz. Dicho equipo es utilizado normalmente por Pemex para detectar mantos
petrolíferos, colaboración que ha sido reunida en el libro "Culturas del
Golfo. Salvamento arqueológico y nuevas tecnologías. Responsabilidad
patrimonial y compromiso científico de Petróleos Mexicanos", que será
presentado esta tarde en el Museo Nacional de Antropología.
El volumen publicado por el INAH y Pemex en 2011, coordinado por la
arqueóloga Patricia Castillo Peña, detalla el uso en los últimos años de
tecnología de vanguardia, como la denominada LiDAR (escáner láser),
termografía, fotogrametría, registros geofísicos y de imágenes, y
sísmica 3D, entre otros, para detectar rastros históricos. En un comunicado, el INAH recordó que hace 75 años, el presidente
Lázaro Cárdenas creó esta instituto y Pemex y en la actualidad ambos
organismos confluyen de esta manera en la región de Chicontepec,
Veracruz, donde existe una de las mayores concentraciones geológicas de
hidrocarburos del continente americano.
Patricia Castillo explicó que los sitios registrados corresponden a
ciudades de las culturas de la Costa del Golfo, ubicadas en las regiones
totonaca y la huasteca baja, hasta ahora identificados en dos etapas
fundamentales: los periodos Clásico y Epiclásico (200 a 900 d.C.), y el
Posclásico (900 a 1521 d.C.). Aclaró que el proyecto no se ha limitado al registro de dichos lugares,
sino que en cada uno se ha determinado la poligonal de su extensión y
un área de amortiguamiento para evitar afectaciones, y que con dichas
delimitaciones actualmente se elaboran planos de sitios arqueológicos
por municipio.
El siguiente paso es entregar a cada ayuntamiento estos planos, para
que de manera conjunta con el INAH se proyecte un ordenamiento
territorial que permita la conservación de los sitios, abundó. Destacó que el instituto firmó convenios con los tres municipios donde
se encontró la mayor concentración de vestigios arqueológicos (Poza
Rica, Papantla y Coatzintla), para que coadyuven en la preservación. La arqueóloga destacó que el ordenamiento territorial es uno de los
objetivos principales de este proyecto, que inicialmente se concibió
como salvamento arqueológico con motivo de los trabajos de Pemex para
detectar hidrocarburos en la región de Chicontepec.
Ésto, toda vez que se trata de una franja de despunte petrolero que va de la costa a la sierra, detalló. "Gracias al trabajo conjunto de ambas instituciones, ahora es un
proyecto de investigación de gran alcance, que nos permite confirmar que
El Tajín se encuentra justamente en el centro de esta región cultural.
Su estudio reafirma muchas cosas que ya se habían determinado,
principalmente que es el sitio sagrado y ceremonial más importante del
norte de Veracruz", subrayó la coordinadora del libro. Recordó que anteriormente el mapa de asentamientos prehispánicos del
norte de Veracruz seguía una tendencia lineal. Ahora, con los topógrafos
de Pemex, los especialistas del INAH revisan sistemáticamente toda el
área y han marcado retículas muy claras.
"Tenemos macrorretículas georreferenciadas por satélites, algo que no
hubiéramos podido lograr con proyectos de investigación ni en mediano
plazo. Un avance importante, porque estas retículas se usan para
referenciar las zonas arqueológicas", subrayó. Los estudios permitieron entender la región de El Tajín en espacio y
tiempo, y así "pudimos determinar patrones de asentamiento. Estamos
viendo que los sitios de los periodos Clásico y Epiclásico se
desarrollaron en zonas planas cercanas a los ríos y manantiales; en
aluviones y valles", anotó. Así, anotó, "los sitios de estas épocas los tenemos perfectamente
registrados, sabemos cuáles fueron contemporáneos a esta urbe
prehispánica".
Refirió que para el periodo Posclásico sucedió lo contrario, es decir
los grupos humanos se asentaron en las partes altas, y "ahora estamos
terminando el análisis de cerámica, una vez concluido podremos
determinar exactamente cuántos lugares son clásicos y cuántos
posclásicos". Detalló que los 585 sitios registrados han sido divididos para su
estudio en tres grandes rangos: el primero corresponde aquellos con
arquitectura monumental, con dimensiones mayores, parecidas a las de El
Tajín en cuanto a extensión, aunque no son similares en importancia como
sitio sagrado.
Citó como ejemplo el lugar denominado Oriente Mediodía, con más de 40
estructuras, ubicado en la parte serrana, y el Tuzapan, ubicado en el
norte de Veracruz, en los límites con Puebla, que tiene alrededor de 400
edificaciones; este último es un sitio que ya estaba registrado pero no
se sabía su magnitud, apuntó Castillo Peña. La especialista del INAH expuso que en el siguiente rango se ubicaron
los asentamientos con menor cantidad de estructuras; y en el tercero se
incluyen los conjuntos habitacionales, las concentraciones de materiales
arqueológicos sin edificaciones y pequeñas elevaciones que son grupos
arquitectónicos de antiguas casas completas.
Comentó que el proyecto también se ha enfocado al estudio particular de
El Tajín, donde en 2012 se detectaron tres canchas de juego de pelota,
dos edificaciones denominadas "balcones" y un área habitacional de más
de mil años de antigüedad, aún ocultos por la vegetación. Resaltó por último que el uso de alta tecnología también permitió
determinar que los antiguos edificios del área abierta al público de
este sitio Patrimonio Mundial, desde 1992, están en buen estado de
conservación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario