miércoles, 20 de noviembre de 2013

Hallazgos recientes en el sureste refutan era de "decadencia" maya

: : Mónica Mateos-Vega y Lorenzo Chim : : La Jornada : : 29 de junio de 2013 : :

Los recientes hallazgos en sitios prehispánicos de Quintana Roo y otros estados del sureste de México confirman que no existe ningún periodo de decadencia en la historia antigua de la cultura maya, como se creía a mediados del siglo XX, afirma la arqueóloga Adriana Velázquez Morlet. La investigadora coordinó el simposio Quintana Roo en el contexto de la cultura maya: una mirada retrospectiva que se realizó este miércoles en el noveno Congreso Internacional de Mayistas.

En el encuentro se presentó un balance de los trabajos que se han hecho en el estado durante los recientes 25 años, en torno a algunos descubrimientos en el sur de Quintana Roo, así como análisis y reflexiones.
Aportes de Enrique Nalda. Los nuevos datos obtenidos por diversos investigadores han cambiado la perspectiva sobre la historia prehispánica de esa región, marginada hasta hace unos años de la interpretación arqueológica mayista, por ejemplo, en el sur y el norte de Quintana Roo tenemos hallazgos muy novedosos que nos hablan de una ocupación muy compleja desde tiempos muy tempranos , recalcó Adriana Velázquez.

La también delegada del Instituto Nacional de Antropología e Historia en aquel estado explicó a La Jornada que hace 40 años, el conocimiento sobre la historia prehispánica del actual Quintana Roo era prácticamente inexistente, salvo escasas referencias a Tulum, Cobá y otros sitios de la Costa Oriental, así como a Kohunlich, que había comenzado a ser explorado de forma poco ortodoxa años atrás. El vertiginoso desarrollo de la infraestructura turística en el estado generó nuevos proyectos arqueológicos, pero no hubo avances sustanciales sino hasta los años 90, cuando investigadores como Enrique Nalda, Javier López Camacho y otros, comenzaron a generar interpretaciones innovadoras sobre la organización de los asentamientos, sus trazas urbanas y su desarrollo histórico.

Velázquez Morlet señala que ahora hay evidencias de que en la historia maya prehispánica hubo periodos “de altibajos, pero nunca, como tal, un colapso. Son épocas de reacomodos que nunca se dan al mismo tiempo en ésta área, la cual era gigantesca, lo que hacía imposible que se diera un rompimiento definitivo de todas las ciudades, a diferencia del centro de México donde sí había gobiernos muy centralizados, fuertes y poderosos.
En contraste, en el área maya hay muchas entidades autónomas que se pelean, tienen alianzas y generan una dinámica particular que hace imposible que todas hubieran acabado al mismo tiempo. Por eso, lo que planteamos en Quintana Roo es que las respuestas que dieron todas las ciudades a esta situación fue muy diferente.La arqueóloga considera que para los académicos es muy claro que la periodización de preclásico, clásico y posclásico “en este momento ya nada más es un referente cronológico, pues es claro que el llamado preclásico no es un periodo formativo, ni el clásico de esplendor y el posclásico de decadencia.

Cada etapa tiene actividades arquitectónicas, políticas y de todo tipo muy complejas, además de que sus procesos de cambio que se dan todo el tiempo cada vez nos sorprenden más. Como ejemplo, mencionó el recién descubierto sitio de Chactún, en Campeche (del cual se informó ayer en estas páginas), donde se encontraron vestigios que muestran que los antiguos habitantes rompían las estelas para reutilizarlas, práctica la hemos visto en algunos lados de Quintana Roo, pero no es muy común, señaló.

“Los gobernantes mayas, las élites, respondían de manera distinta a las situaciones de conflicto que enfrentaban. Seguramente algunos fueron muy represores, otros se fueron y a otros los mataron. Esto quiere decir que se trata de una historia muy diversa. 

Multiculturalidad, a debate
“Este congreso –prosiguió Adriana Velázquez Morlet– está enfocado a hablar de la multiculturalidad. Es un buen momento de reflexionar a los mayas como una sociedad muy diversa, pues aún hoy lo es. Por eso, al final del simposio también proponemos una reflexión de para qué y para quiénes hacemos arqueología, pues al principio el INAH y sus investigadores estuvieron muy centrados en la conformación de un proyecto de país, de una identidad nacional, pero hoy eso, muy a nuestro pesar, ha pasado a un segundo plano. “Ahora el valor que se da a las zonas arqueológicas está más asociado al turismo y a la vida económica. 

Querámoslo o no, somos parte de eso.
Por tanto, debemos generar las respuestas y los trabajos que nos permitan salvaguardar el patrimonio en este nuevo contexto, y no sólo me refiero a los empresarios hoteleros, sino a las comunidades que viven cerca de las zonas arqueológicas y que todo el tiempo reclaman un beneficio para mejorar su calidad de vida, concluyó la investigadora.

 Quintana Roo

Rechaza tribunal alemán regresar 25 piezas prehispánicas a México

: : La Crónica : : Cultura : : 09 de julio del 2013 : :

El Tribunal Superior Administrativo en Münster  falló en contra de México y no le regresará 25 piezas prehispánicas, cuya posesión estaba en litigio y que fueron vendidas en una subasta en Colonia. La decisión desbloquea la entrega de las piezas precolombinas y ahora podrán ser transferidas a quienes las compraron en la venta que realizó la casa Lempertz en junio del 2011. En esa puja, se les había informado a los posibles compradores que la única condición para la entrega de las obras era que se levantara la suspensión impuesta por el tribunal.

México había presentado la querella con base en la ley de devolución alemana de 2007 para pedir su restitución al considerar que habían sido vendidas de manera ilegal. Sin embargo, el tribunal explicó en su fallo que no procedía porque las obras prehispánicas habían ingresado antes de ese año a territorio alemán. Según esta norma, que entró en vigor en 2007, las obras de arte no pueden ser vendidas en territorio alemán  si fueron sustraídas de forma ilegal.

Al argumentar su fallo, el tribunal dijo que  “la base de la decisión es que ni el Convenio para los Bienes Culturales de la Unesco ni la Ley de Devolución de Patrimonio Artístico se pueden aplicar con efecto retroactivo y la ley que introduce el convenio entró en vigor en Alemania el 26 de abril de 2007”. Agrega que la ley alemana que prevé la devolución de obras de arte adquiridas ilegalmente de países terceros vale sólo para las obras que entraron en el país después de 2007.

Con la decisión de hoy, el tribunal de Münster confirmó la decisión del Tribunal Administrativo de Colonia y desestimó las peticiones del gobierno mexicano y del Renania del Norte Westfalia. Según especificó el Tribunal de Münster, “los objetos en cuestión son piezas de arte precolombinas que se encontraban ya hace muchos más años principalmente en posesión de colecciones privadas en países fuera de México”.

Münster 
 

Calakmul posee el mayor número de vestigios epigráficos en todo México

: : Mónica Mateos-Vega y Lorenzo Chim : : La Jornada : : Viernes 28 de junio de 2013 : :


La zona arqueológica de Calakmul, ubicada al sur de Campeche, es una de las dos ciudades mayas más importantes de los años 450 al 750 dC, junto con Tikal, en Guatemala. Además de monumentales edificios y ciudadelas de arquitectura estilo Petén, ahí se hallan entre 120 y 200 estelas, la mayor cantidad encontrada en un sitio arqueológico en México, así como un hermoso friso de estuco de 20 metros de largo por tres de ancho (localizado en 1999) y un espléndido mural (descubierto en 2004) dentro de sendas estructuras.

Las cámaras donde se encuentran estos dos últimos vestigios están, por el momento, cerradas al público, pero se trabaja para que en breve se permita el acceso, siempre y cuando se asegure primero que el friso y los murales estarán en óptimas condiciones de conservación, con una serie de requisitos técnicos en los que ya trabaja la restauradora María Cordeiro, explica a La Jornada el arqueólogo Omar Rodríguez Campero, jefe de campo del Proyecto Calakmul.

Las incomodidades que causan el calor, la humedad y el constante ataque de los insectos se difuminan ante la vista de las grandes pirámides de la plaza principal, que los arqueólogos no han despejado del todo de la exuberante vegetación, con el propósito de que los animales sigan transitando dentro de su hábitat natural.
Calakmul fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 2002, y ahora se busca que obtenga una declaratoria mixta, pues está en el corazón de la reserva de la biosfera que lleva el mismo nombre.

Turismo especializado
El sitio se ubica a cinco o seis horas de viaje en automóvil desde la ciudad de Campeche. El costo por entrar asciende en varias ocasiones a casi 200 pesos, debido a que a la entrada de la reserva ecológica colocan un retén habitantes de la zona y piden una cuota para el ejido. De acuerdo con autoridades del gobierno del estado, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se encuentra en negociaciones con ellos para que ese cobro no se realice y el visitante sólo pague lo que cobra la Secretaría del Medio Ambiente y Aprovechamiento Sustentable de Campeche y el propio INAH.

No obstante la enorme cantidad de información arqueológica e histórica, y su belleza natural, Calakmul no está concebida para ser un sitio con visitas masivas. La prioridad de los proyectos de investigación y desarrollo es mantener el equilibrio entre flora, fauna y el entorno arqueológico, añade Rodríguez Campero, quien señala que el número de visitantes ha pasado de 10 personas a 28 mil anuales, de 1999 a la fecha. Se trata de un turismo especializado, que ha leído mucho acerca de la cultura maya y busca más información, aunque también hay muchos que vienen y no visitan los monumentos de la zona arqueológica, sino que llegan a observar a los animales de la reserva: venado cola blanca, pájaros carpinteros, tucanes, monos saraguatos, una gran gama de especies.

Calakmul y Tikal distribuyeron en su época el poder en toda el área maya conocida en ese momento. “Eran las superpotencias de la época, antagonistas, algo así como el papel que tenían Estados Unidos y Rusia durante la guerra fría, a esa analogía recurren con frecuencia los epigrafistas”, continúa Omar Rodríguez Campero. El sitio arqueológico abarca 25 kilómetros cuadrados, en los cuales se ubican alrededor de 6 mil estructuras, de acuerdo con mapas realizados en los años 80, cuando se iniciaron los trabajos de rescate de la zona. De ese total, sólo está explorado, recuperado y en algunos casos abierto al público entre 20 y 25 por ciento.

A nivel de investigación arqueológica, explica el especialista, “los retos aquí nunca se nos van a terminar porque no obstante que el sitio ha sido excavado e intervenido desde 1980, es muy joven en comparación con Palenque, Chichén Itzá y Teotihuacán, que han sido explorados desde finales del siglo XIX. Nuestras líneas de investigación han generado novedosas ideas en torno al mundo maya, pero además estamos enfocados, en lo administrativo, en lograr que Calakmul sea sustentable.

Tenemos por delante el reto de cómo equilibrar la parte arqueológica con su conservación ecológica y su mantenimiento, porque no es recomendable que en los alrededores de la zona se genere infraestructura para motivar el turismo masivo. Sin embargo se puede apoyar al entorno, desde Xpujil, que es la cabecera del municipio hasta sus límites con Escárcega, y ahí sí generar una ocupación hotelera.

Restauración del friso
En ninguna otra ciudad maya se han encontrado tantas estelas como en Calakmul, lo cual significa también que es el sitio que tiene el mayor número de referencias epigráficas en toda el área, y a nivel histórico, el sitio tuvo más de mil años de ocupación continua, lo que hace que tengamos contextos materiales de todas las épocas de la cultura maya. Por ejemplo, hay mascarones de estuco modelado del año 400 aC, todo ello es una de las razones por las que la Unesco nos dio la declaratoria. No dudo que haya más frisos dentro de otras estructuras, sería fenomenal, ya lo dirán investigaciones subsecuentes, explica Rodríguez Campero. Los trabajos de restauración del friso llevan un avance de 80 por ciento, pues además de las instituciones federales, recibimos apoyo de instancias privadas, como Banamex, pero, como sucede en muchos sitios arqueológicos, siempre necesitamos más recursos financieros.

Respecto de la impecable pintura mural que data de los años 650 a 700 dC, la cual se localizó en 2004, Rodríguez Campero –quien trabaja con Ramón Carrasco, director del Proyecto Calakmul–, indica que se trata de escenas de la vida cotidiana (más de 60) ubicadas en tres muros de una cámara interior, muy diferentes a las de Bonampak. “Son muy simples, pero muy coloridas. Destaca una pareja de mujeres que tienen vestimentas transparentes, con glifos en los olanes. Es una de las más populares porque es preciosa, ya que la indumentaria tradicional maya siempre se ha asociado a tejidos gruesos y no muy delicados, aquí se muestra lo contrario, ¿cómo lograban esa transparencia? Eso nos da para investigar más.

“La restauración está concluida, pero falta implementar equipos de monitoreo, conectados a Internet para estar checando las mediciones. Una vez que esté eso, se permitiría la entrada a los visitantes. No queremos cometer el error de permitir el acceso y después ver los aspectos de conservación. Es un patrimonio muy importante que no podemos dejar al ‘ahí se va’”. Otros de los hallazgos relevantes en Calakmul son varias tumbas localizadas en las estructuras. Destaca la del gobernante Garra de Jaguar, ubicada debajo de la primera crujía de una subestructura de principios del Clásico tardío, en la llamada estructura II. Varios elementos del enterramiento, como el ajuar funerario y las ofrendas están en el Museo Arqueológico de la Ciudad de Campeche.



Honduras: Científicos encuentran nueva Ciudad Blanca


Hallan vestigios de cultura olmeca

 : : El Universal : : Fotogalería : :

A las afueras de la comunidad de Atzcala, al norte de Chilpancingo, Guerrero, arqueólogos del INAH encontraron en una oquedad del municipio de Cocula, una figurilla humana tipo Mezcala y fragmentos de braseros que se estima datan de 700 d.C






Atzcala

Arqueólogos del INAH descubren en Campeche una gran ciudad maya oculta en la selva

Sin Embargo : : Redacción : : 18 de junio del 2013 : :



Un equipo de arqueólogos descubrió en plena selva en la península mexicana de Yucatán una enorme ciudad maya oculta entre la maleza, informó hoy el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). La ciudad maya, que data del periodo 600 a 900 d.C. y ha sido bautizada como Chactún (“Piedra Roja” o “Piedra Grande”), fue descubierta hace unas semanas en el norte de la Reserva de la Biosfera de Calakmul, en el estado de Campeche. 



“Para llegar al campamento donde pernocta el equipo de arqueólogos es necesario internarse durante casi dos horas en la selva mediana. El camino sólo es transitable con camioneta de doble tracción y continuamente hay que detenerse para cortar a machete la vegetación que vuelve a bloquear el sendero”, dio a conocer el INAH. Según informó el INAH en un comunicado, los arqueólogos encontraron numerosas pirámides y palacios, dos canchas de juego de pelota, patios, plazas, monumentos esculpidos y áreas habitacionales.

La pirámide más alta tiene 23 metros de altura y una de las características principales del sitio son las estelas (piedras grabadas) y altares, algunos todavía con restos de estuco. En total se encontraron 19 estelas, tres de ellas bien conservadas. “La denominada 1 da nombre al lugar, pues en ella se menciona que el gobernante K’inich B’ahlam ‘clavó la Piedra Roja (o Piedra Grande) en el año 751 después de Cristo”, indicó el INAH.

La expedición, financiada por la National Geographic Society y por dos empresas privadas de Austria y Eslovenia, es encabezada por el arqueólogo Ivan Šprajc del Centro de Investigaciones Científicas de la Academia Eslovena de Ciencias y Artes. Šprajc señaló que al parecer la urbe de 22 hectáreas, formada por tres complejos monumentales, fue el centro de una vasta región en las Tierras Bajas Centrales hace 1.400 años. Chactún es parte de un área de unos 3.000 kilómetros cuadrados entre las regiones de Río Bec y Chenes que ha permanecido como “un blanco total en el mapa arqueológico del área maya”, según el organismo.

Aunque en los años 30 del siglo XX algunos exploradores describieron sitios como Uxul y Pared, “Chactún permaneció ignorado por las expediciones científicas hasta el día de hoy”. Sólo chicleros y madereros de la región llegaron al sitio, pero con el tiempo quedó cubierto por la maleza como parte de la reserva de la biosfera. “Estas brechas, alguna vez abiertas para explotar los recursos naturales, fueron despejadas otra vez, pero ahora por un grupo de lugareños que acompañan a la exploración arqueológica”, informó el INAH.


Un equipo de arqueólogos descubrió en plena selva en la península mexicana de Yucatán una enorme ciudad maya oculta entre la maleza, informó hoy el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). La ciudad maya, que data del periodo 600 a 900 d.C. y ha sido bautizada como Chactún (“Piedra Roja” o “Piedra Grande”), fue descubierta hace unas semanas en el norte de la Reserva de la Biosfera de Calakmul, en el estado de Campeche. “Para llegar al campamento donde pernocta el equipo de arqueólogos es necesario internarse durante casi dos horas en la selva mediana. El camino sólo es transitable con camioneta de doble tracción y continuamente hay que detenerse para cortar a machete la vegetación que vuelve a bloquear el sendero”, dio a conocer el INAH. Según informó el INAH en un comunicado, los arqueólogos encontraron numerosas pirámides y palacios, dos canchas de juego de pelota, patios, plazas, monumentos esculpidos y áreas habitacionales. La pirámide más alta tiene 23 metros de altura y una de las características principales del sitio son las estelas (piedras grabadas) y altares, algunos todavía con restos de estuco. En total se encontraron 19 estelas, tres de ellas bien conservadas. “La denominada 1 da nombre al lugar, pues en ella se menciona que el gobernante K’inich B’ahlam ‘clavó la Piedra Roja (o Piedra Grande) en el año 751 después de Cristo”, indicó el INAH. La expedición, financiada por la National Geographic Society y por dos empresas privadas de Austria y Eslovenia, es encabezada por el arqueólogo Ivan Šprajc del Centro de Investigaciones Científicas de la Academia Eslovena de Ciencias y Artes. Šprajc señaló que al parecer la urbe de 22 hectáreas, formada por tres complejos monumentales, fue el centro de una vasta región en las Tierras Bajas Centrales hace 1.400 años. Chactún es parte de un área de unos 3.000 kilómetros cuadrados entre las regiones de Río Bec y Chenes que ha permanecido como “un blanco total en el mapa arqueológico del área maya”, según el organismo. Aunque en los años 30 del siglo XX algunos exploradores describieron sitios como Uxul y Pared, “Chactún permaneció ignorado por las expediciones científicas hasta el día de hoy”. Sólo chicleros y madereros de la región llegaron al sitio, pero con el tiempo quedó cubierto por la maleza como parte de la reserva de la biosfera. “Estas brechas, alguna vez abiertas para explotar los recursos naturales, fueron despejadas otra vez, pero ahora por un grupo de lugareños que acompañan a la exploración arqueológica”, informó el INAH.

Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/18-06-2013/659540. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
Ciudad de México, 18 jun (dpa) – Un equipo de arqueólogos descubrió en plena selva en la península mexicana de Yucatán una enorme ciudad maya oculta entre la maleza, informó hoy el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). La ciudad maya, que data del periodo 600 a 900 d.C. y ha sido bautizada como Chactún (“Piedra Roja” o “Piedra Grande”), fue descubierta hace unas semanas en el norte de la Reserva de la Biosfera de Calakmul, en el estado de Campeche. “Para llegar al campamento donde pernocta el equipo de arqueólogos es necesario internarse durante casi dos horas en la selva mediana. El camino sólo es transitable con camioneta de doble tracción y continuamente hay que detenerse para cortar a machete la vegetación que vuelve a bloquear el sendero”, dio a conocer el INAH. Según informó el INAH en un comunicado, los arqueólogos encontraron numerosas pirámides y palacios, dos canchas de juego de pelota, patios, plazas, monumentos esculpidos y áreas habitacionales. La pirámide más alta tiene 23 metros de altura y una de las características principales del sitio son las estelas (piedras grabadas) y altares, algunos todavía con restos de estuco. En total se encontraron 19 estelas, tres de ellas bien conservadas. “La denominada 1 da nombre al lugar, pues en ella se menciona que el gobernante K’inich B’ahlam ‘clavó la Piedra Roja (o Piedra Grande) en el año 751 después de Cristo”, indicó el INAH. La expedición, financiada por la National Geographic Society y por dos empresas privadas de Austria y Eslovenia, es encabezada por el arqueólogo Ivan Šprajc del Centro de Investigaciones Científicas de la Academia Eslovena de Ciencias y Artes. Šprajc señaló que al parecer la urbe de 22 hectáreas, formada por tres complejos monumentales, fue el centro de una vasta región en las Tierras Bajas Centrales hace 1.400 años. Chactún es parte de un área de unos 3.000 kilómetros cuadrados entre las regiones de Río Bec y Chenes que ha permanecido como “un blanco total en el mapa arqueológico del área maya”, según el organismo. Aunque en los años 30 del siglo XX algunos exploradores describieron sitios como Uxul y Pared, “Chactún permaneció ignorado por las expediciones científicas hasta el día de hoy”. Sólo chicleros y madereros de la región llegaron al sitio, pero con el tiempo quedó cubierto por la maleza como parte de la reserva de la biosfera. “Estas brechas, alguna vez abiertas para explotar los recursos naturales, fueron despejadas otra vez, pero ahora por un grupo de lugareños que acompañan a la exploración arqueológica”, informó el INAH.

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Ciudad de México, 18 jun (dpa) – Un equipo de arqueólogos descubrió en plena selva en la península mexicana de Yucatán una enorme ciudad maya oculta entre la maleza, informó hoy el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). La ciudad maya, que data del periodo 600 a 900 d.C. y ha sido bautizada como Chactún (“Piedra Roja” o “Piedra Grande”), fue descubierta hace unas semanas en el norte de la Reserva de la Biosfera de Calakmul, en el estado de Campeche. “Para llegar al campamento donde pernocta el equipo de arqueólogos es necesario internarse durante casi dos horas en la selva mediana. El camino sólo es transitable con camioneta de doble tracción y continuamente hay que detenerse para cortar a machete la vegetación que vuelve a bloquear el sendero”, dio a conocer el INAH. Según informó el INAH en un comunicado, los arqueólogos encontraron numerosas pirámides y palacios, dos canchas de juego de pelota, patios, plazas, monumentos esculpidos y áreas habitacionales. La pirámide más alta tiene 23 metros de altura y una de las características principales del sitio son las estelas (piedras grabadas) y altares, algunos todavía con restos de estuco. En total se encontraron 19 estelas, tres de ellas bien conservadas. “La denominada 1 da nombre al lugar, pues en ella se menciona que el gobernante K’inich B’ahlam ‘clavó la Piedra Roja (o Piedra Grande) en el año 751 después de Cristo”, indicó el INAH. La expedición, financiada por la National Geographic Society y por dos empresas privadas de Austria y Eslovenia, es encabezada por el arqueólogo Ivan Šprajc del Centro de Investigaciones Científicas de la Academia Eslovena de Ciencias y Artes. Šprajc señaló que al parecer la urbe de 22 hectáreas, formada por tres complejos monumentales, fue el centro de una vasta región en las Tierras Bajas Centrales hace 1.400 años. Chactún es parte de un área de unos 3.000 kilómetros cuadrados entre las regiones de Río Bec y Chenes que ha permanecido como “un blanco total en el mapa arqueológico del área maya”, según el organismo. Aunque en los años 30 del siglo XX algunos exploradores describieron sitios como Uxul y Pared, “Chactún permaneció ignorado por las expediciones científicas hasta el día de hoy”. Sólo chicleros y madereros de la región llegaron al sitio, pero con el tiempo quedó cubierto por la maleza como parte de la reserva de la biosfera. “Estas brechas, alguna vez abiertas para explotar los recursos naturales, fueron despejadas otra vez, pero ahora por un grupo de lugareños que acompañan a la exploración arqueológica”, informó el INAH.

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Usan alta tecnología para detectar restos prehispánicos en Veracruz

: : Notimex : : Cultura : : 11 de junio del 2013 : :


A través de tecnologías de punta, como escáner láser, termografía y fotogrametría, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha detectado hasta ahora 585 sitios prehispánicos en el área cultural que dominó la antigua ciudad de El Tajín, norte de Veracruz. Dicho equipo es utilizado normalmente por Pemex para detectar mantos petrolíferos, colaboración que ha sido reunida en el libro "Culturas del Golfo. Salvamento arqueológico y nuevas tecnologías. Responsabilidad patrimonial y compromiso científico de Petróleos Mexicanos", que será presentado esta tarde en el Museo Nacional de Antropología.

El volumen publicado por el INAH y Pemex en 2011, coordinado por la arqueóloga Patricia Castillo Peña, detalla el uso en los últimos años de tecnología de vanguardia, como la denominada LiDAR (escáner láser), termografía, fotogrametría, registros geofísicos y de imágenes, y sísmica 3D, entre otros, para detectar rastros históricos. En un comunicado, el INAH recordó que hace 75 años, el presidente Lázaro Cárdenas creó esta instituto y Pemex y en la actualidad ambos organismos confluyen de esta manera en la región de Chicontepec, Veracruz, donde existe una de las mayores concentraciones geológicas de hidrocarburos del continente americano.

Patricia Castillo explicó que los sitios registrados corresponden a ciudades de las culturas de la Costa del Golfo, ubicadas en las regiones totonaca y la huasteca baja, hasta ahora identificados en dos etapas fundamentales: los periodos Clásico y Epiclásico (200 a 900 d.C.), y el Posclásico (900 a 1521 d.C.). Aclaró que el proyecto no se ha limitado al registro de dichos lugares, sino que en cada uno se ha determinado la poligonal de su extensión y un área de amortiguamiento para evitar afectaciones, y que con dichas delimitaciones actualmente se elaboran planos de sitios arqueológicos por municipio.

El siguiente paso es entregar a cada ayuntamiento estos planos, para que de manera conjunta con el INAH se proyecte un ordenamiento territorial que permita la conservación de los sitios, abundó. Destacó que el instituto firmó convenios con los tres municipios donde se encontró la mayor concentración de vestigios arqueológicos (Poza Rica, Papantla y Coatzintla), para que coadyuven en la preservación. La arqueóloga destacó que el ordenamiento territorial es uno de los objetivos principales de este proyecto, que inicialmente se concibió como salvamento arqueológico con motivo de los trabajos de Pemex para detectar hidrocarburos en la región de Chicontepec.

Ésto, toda vez que se trata de una franja de despunte petrolero que va de la costa a la sierra, detalló. "Gracias al trabajo conjunto de ambas instituciones, ahora es un proyecto de investigación de gran alcance, que nos permite confirmar que El Tajín se encuentra justamente en el centro de esta región cultural. Su estudio reafirma muchas cosas que ya se habían determinado, principalmente que es el sitio sagrado y ceremonial más importante del norte de Veracruz", subrayó la coordinadora del libro. Recordó que anteriormente el mapa de asentamientos prehispánicos del norte de Veracruz seguía una tendencia lineal. Ahora, con los topógrafos de Pemex, los especialistas del INAH revisan sistemáticamente toda el área y han marcado retículas muy claras.

"Tenemos macrorretículas georreferenciadas por satélites, algo que no hubiéramos podido lograr con proyectos de investigación ni en mediano plazo. Un avance importante, porque estas retículas se usan para referenciar las zonas arqueológicas", subrayó. Los estudios permitieron entender la región de El Tajín en espacio y tiempo, y así "pudimos determinar patrones de asentamiento. Estamos viendo que los sitios de los periodos Clásico y Epiclásico se desarrollaron en zonas planas cercanas a los ríos y manantiales; en aluviones y valles", anotó. Así, anotó, "los sitios de estas épocas los tenemos perfectamente registrados, sabemos cuáles fueron contemporáneos a esta urbe prehispánica".

Refirió que para el periodo Posclásico sucedió lo contrario, es decir los grupos humanos se asentaron en las partes altas, y "ahora estamos terminando el análisis de cerámica, una vez concluido podremos determinar exactamente cuántos lugares son clásicos y cuántos posclásicos". Detalló que los 585 sitios registrados han sido divididos para su estudio en tres grandes rangos: el primero corresponde aquellos con arquitectura monumental, con dimensiones mayores, parecidas a las de El Tajín en cuanto a extensión, aunque no son similares en importancia como sitio sagrado. 

Citó como ejemplo el lugar denominado Oriente Mediodía, con más de 40 estructuras, ubicado en la parte serrana, y el Tuzapan, ubicado en el norte de Veracruz, en los límites con Puebla, que tiene alrededor de 400 edificaciones; este último es un sitio que ya estaba registrado pero no se sabía su magnitud, apuntó Castillo Peña.  La especialista del INAH expuso que en el siguiente rango se ubicaron los asentamientos con menor cantidad de estructuras; y en el tercero se incluyen los conjuntos habitacionales, las concentraciones de materiales arqueológicos sin edificaciones y pequeñas elevaciones que son grupos arquitectónicos de antiguas casas completas.

Comentó que el proyecto también se ha enfocado al estudio particular de El Tajín, donde en 2012 se detectaron tres canchas de juego de pelota, dos edificaciones denominadas "balcones" y un área habitacional de más de mil años de antigüedad, aún ocultos por la vegetación. Resaltó por último que el uso de alta tecnología también permitió determinar que los antiguos edificios del área abierta al público de este sitio Patrimonio Mundial, desde 1992, están en buen estado de conservación.





Descubren en México 8 sitios arqueológicos de hasta 7.000 años de antigüedad

: : KCEC News : : 28 de mayo del 2013 : :

México, 27 may (EFE).- Investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrieron ocho campamentos temporales en la Sierra del Mayor, en el estado mexicano de Baja California, cuya antigüedad va de 400 a 7.000 años. El organismo informó en un comunicado que en los campamentos, vinculados con la cultura cucapá, fueron hallados cientos de huesos de animales (algunos extintos), cerámica, lítica y lugares donde se extraía óxido de hierro que servía de pigmento para pintura corporal y mural.

Este descubrimiento se produjo en los abrigos rocosos de la Sierra del Mayor, ubicada al sur de Mexicali, la capital de Baja California, luego de tres años de exploraciones con la colaboración de los indígenas cucapá.
El arqueólogo Antonio Porcayo, responsable de un proyecto de investigación sobre sitios arqueológicos de Baja California, explicó que los cucapá “son una de las cuatro etnias yumanas”, originarias del estado noroccidental donde “han habitado desde hace por lo menos 2.000 años, según indican sus raíces lingüísticas”.

Algunos de los campamento fueron ocupados por quienes los investigadores denominan “indígenas cucapá arqueológicos”, cuya antigüedad va de 400 a 2.000 años, mientras que otros los habitaron grupos nómadas anteriores a dicha cultura, hace 7.000 años, abundó. Estos lugares, apuntó, se conforman de estructuras circulares de piedra colocadas a una hilada conocidas como “corralitos”, que servían de cimiento para tejer enramadas, donde se habitaba. 

En cada campamento se encontraron cinco y hasta siete corralitos, lo que indica que hubo varias familias viviendo de manera temporal. Tras excavar los sitios, en dos corralitos se descubrieron cientos de huesos de animales consumidos como alimento y también que se utilizaron como materia prima para elaborar herramientas.

“Antes se pensaba que estos corrales eran utilizados por los indígenas únicamente para pernoctar, ahora con esta evidencia se muestra que también eran grandes hornos para cocinar los alimentos, mismos que después cubrían con tierra en época invernal para aprovechar el calor del suelo y tener un reposo nocturno más confortable”, apunta el documento.

Cerca de los cimientos circulares, los investigadores descubrieron áreas de actividades, como la molienda, características por la presencia de artefactos para triturar, así como piezas de cerámica y lítica. A lo largo de los cañones se descubrieron vestigios de materiales arqueológicos aislados de los campamentos, así como senderos de tránsito que conducían de un sitio a otro. Según el INAH, existen más yacimientos en otros puntos de la península de Baja California, pero este es el primero que se descubre en la Sierra del Mayor cucapá. 



Localizan alrededor de 5 mil pinturas rupestres en la Sierra de Tamaulipas




Alrededor de cinco mil pinturas rupestres fueron localizadas en cuevas de la Sierra de San Carlos, Tamaulipas, por arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Las imágenes plasmadas por grupos de cazadores-recolectores, fueron localizadas en cuevas y cañadas de esta zona ubicada en el municipio de Burgos, informó la arqueóloga Martha García Sánchez.

La investigación que realizó García junto con su colega Gustavo Ramírez develó la existencia de 4 mil 926 pinturas rupestres, las cuales “son de carácter antropomorfo, zoomorfo, astronómico y abstracto”. Su importancia radica -según los investigadores- en que con base en ellas hemos podido documentar la presencia de grupos prehispánicos en Burgos, donde antes se decía que no había nada, cuando en realidad estuvo habitado por una o varias culturas.

Las pinturas, “dejan entrever que las actividades de los nómadas se enfocaban en la caza, pesca y recolección, además de la creación de imágenes antropomorfas, religiosas, astronómicas, de lugares temporales de vivienda, con presencia de probables tipis (tiendas de piel de forma cónica), así como representaciones de flora y fauna de la región, como venados, lagartijas y ciempiés”.